NOTAS SOBRE LA
SEPARACIÓN EN LAS RELACIONES DE PAREJA
Profesor Jonathan Rodríguez
Estás notas que escribiré es un intento de entender
de manera personal el proceso complejo de la ruptura de dos personas que se
quieren o se aman. Lo escrito gira desde la crítica a algunos supuestos
teóricos del psicoanálisis (en específico al texto de Caruso La separación de los amantes) supuestos
teóricos psicoanalíticos que serán contrapuestos con la dialéctica materialista.
En el planteamiento del problema de su texto, Caruso
(1986) menciona cómo la separación y la muerte son cómplices; la primera se nos
presentará como precursora y símbolo de la última. Estudiar la separación
amorosa significa estudiar la presencia de la muerte en nuestra vida. Es decir,
para Caruso la relación entre separación y muerte están en íntima relación
dialéctica.
El dolor producido por la separación
es, en última instancia, un dolor narcisista (Caruso, I. 1986: 9). El hecho de
que para Caruso la separación sea un dolor narcisista es debido a que, la
separación entre dos personas que se quieren se da por lo general de uno para
separar al otro. Entonces el que fue separado sufre un golpe duro en el Yo.
El golpe que se produce en
el Yo es la o las cicatrices que tardan más en sanar. Por la razón de
que el sujeto separado se hace preguntas como ¿en qué falle?, ¿qué deje de
hacer?, ¿no fui lo suficiente para él o ella? Las respuestas que el sujeto
separado se da a si mismo generan heridas que se hacen más agudas conforme se
va lastimando entre cada supuesta respuesta para “darle solución” o entender el fracaso de la relación, entender
el fracaso como pareja[1].
El supuesto fracaso como pareja y más en específico
el dolor que se produce en el Yo del separado, Caruso señala que tal dolor se
puede evitar antes de iniciar la relación y dice un amor “imposible” es desde
un principio una renuncia masoquista al objeto de amor. De la situación del amor “imposible” se dan bajo dos
supuestos:
·
El primero, el
amor “imposible” lo es en cuanto uno de los dos aspira a tener al otro sin que
el otro se interese en el otro. Peor aun cuando una de las partes está lejos
siquiera de poderse interesar tan solo en una posible relación de compañeros.
·
En el segundo
supuesto es, cuando las dos sujetos están conscientes que su amor es
“imposible”.
Mientras que en el 1er supuesto la cuestión “imposible” es en relación a la lucha que haga un
sujeto para conquistar al otro, pero esto no cede ya sea por desinterés físico,
económico, etc. La cuestión de la “imposibilidad” gira en golpear
constantemente al Yo por los deseos del Ello. Golpes que se materializan en el
recibir el “no” recurrente o golpes
más fuertes para el Yo en el ignorar
de la otra persona. David Guilling (en Braunstein,N. 2005: 218) cita a
Sacher-Masoch lo que es un contrato masoquista, esto para relacionar la tesis
de Caruso de amor imposible para evitar la aflicción futura:
Contrato entre Wanda y Sacher-Masoch
Esclavo mío:
Las condiciones bajo las cuales
acepto como esclavo y te soporto a mi lado son las siguientes:
Renuncia absoluta a tu yo.
Ne tendrás más voluntad más que
la mía.
Estarás a mi disposición como un
ciego instrumento que cumple todas mis órdenes sin discutirlas. Cuando olvides
que eres mi esclavo y no obedezcas absolutamente en todo, podré castigarte y
corregirte a capricho y sin queja de tu parte […]
No serás ni hijo, ni hermano, ni
amigo; sólo serás un esclavo miserable que se arrastre en el polvo.
Me pertenecerá todo tu cuerpo
como tu alma; aunque esta situación se te haga penosa, deberás someter a mi
consideración tus sentimientos y sensaciones […].
Podré despedirte en cualquier
momento, pero tú no podrás marcharte contra mi voluntad y si, por alguna causa
intentas huir me reconoces el poder y el derecho de torturarte hasta la muerte
misma con todo tipo de tormentos imaginables.
No tendrás nada fuera de mí; yo
lo seré todo para ti, tu vida, tu porvenir, tu felicidad, tu desgracia, tu
tormento y tu alegría […].
Dr. Leopold, caballero de
Sacher-,Masoch
A pesar de que Gulling usa la cita para explicar el
aspecto del contrato masoquista, éste contrato sirve como ejemplo de lo que se
puede evitar antes de iniciar una relación que conlleva infelicidad de uno por
la satisfacción perversa del otro.
Guilling (Ibíd., 2005) dice que la des-ilusión en la
pareja surge al terminar el baile del carnaval y quitarnos las caretas,
percatándonos de que hay “otra” má-scara, que el otro no es tal. Siendo que
antes de la des-ilusión los sujetos se encontraban inmersos en la fascinación
de la imagen por el otro. El dejarse llevar por la emotividad producida por la
parte física del otro (cuerpo, cara o billetera) en su trasfondo en una
enajenación y como tal es subjetiva, pues el sujeto no se cuestiona, no
reflexiona sobre su pareja, tan sólo se deja llevar por la liberación de sus
pulsiones que el otro produce en ella o en él.
La significación del sujeto en el reconocimiento del
Otro es parte crucial para entender el proceso de ruptura en las relaciones de
pareja. El reconocimiento en el Otro que es lugar del Otro marcado por el
significante, se aliena en un reconocimiento, desconociéndose, alienación
originaria matriz del ideal del yo, matriz simbólica de las futuras
identificaciones. Se aliena en su propia imagen, pero al mismo tiempo funda
allí su deseo como deseo del Otro (Orvañanos en Braunstein. 2005: 195-196). Así
pues, el Yo se constituye en el plano de lo imaginario, se identifica en la
imagen del Otro, esto es a través de la imagen en el espejo.
LACAN
El júbilo de la pareja por ser reconocido en la
imagen del Otro ha sido marcado con el ideal del Yo, la alienación de un sujeto
para con el otro en la pareja se ha dado.
El caso es un tanto distinto para el 2º supuesto. La
supuesta consciencia que ambos sujetos hacen expresar uno al otro y al revés se
queda en un aspecto subjetivo. Si bien la supuesta
consciencia de su amor “imposible” se da por tomar en cuenta lo objetivo
tanto del propio sujeto como lo objetivo del otro sujeto. La parte objetiva es
pues, por el aspecto físico, la parte económica, el nivel cultural del otro. Al
final se reduce al “principio de la realidad”, se reduce al amor a un tema de
“sacrificio difícil”. No es pues tal “imposible” que la renuncia a la lucha por
aquello que supuestamente se quiere o se ama. Es eso, renuncia a la lucha y al
sacrificio y no es “imposible”. Imposible sólo es resucitar porque ni siquiera
es imposible el tomar el poder político por parte de la clase obrera junto con
las demás capas oprimidas por el capital.
Caruso apuntala y sigue la tesis de la separación
genera una muerte en vida entre los sujetos que
vivieron la relación de pareja. Siendo la separación para Caruso (Ibíd., 1896) la irrupción de la muerte en la conciencia
humana –no en forma “figurada”, sino de manera concreta y literal. La
separación se va concatenando en sabores de muerte en vida. La concatenación
entre cada situación que se van presentando en la separación de los sujetos va
haciendo la antesala de la muerte en vida, la capitulación ante la muerte.
La separación como capitulación ante la muerte es un
proceso terrible, doloroso, proceso que en uno de los sujetos recae con mayor
dolor que el otro, a pesar de que ambos saben que uno se olvidará en el otro.
El proceso puede ser breve o demasiado largo, puede ser una agonía que mata
lentamente la parte subjetiva del separado.
En el proceso de la separación o ruptura de los
sujetos, el olvido es un aspecto
crucial para entender el desarrollo psicológico del sujeto separado. El olvido
dice Caruso (Ibíd., 1986) la primera, gran defensa contra la propia muerte; sin
embargo, es homicidio en nombre de la vida y suicidio de la conciencia. El
olvido es defensa contra la muerte que maneja Caruso, es decir la muerte en
vida, el olvido una función es la superación de esa muerte en vida, pero el
olvido no es ni homicidio ni suicidio de la conciencia. El hecho de que el
sujeto utilice el olvido como mecanismo de defensa
y no sólo en la reducción de mecanismo de defensa, sino como proceso de
superación positiva de la parte separada en su propio bienestar emocional y
físico. Lejos de hacer un homicidio con la conciencia, el olvido resulta un
proceso de superación y alivio de la consciencia. Es pues, los mecanismos de
defensa los que se ponen en juego para evitar la victoria sobre la muerte de la
conciencia no se convierta en aniquiladora de la conciencia (psicosis) y para
que ésta muerte no se haga en muerte física. Los mecanismos de defensa son
esenciales.
La ruptura trae consigo al olvido como ya se vio,
las concatenaciones de relaciones que se van dando conforme el proceso se haga
más largo entran otros aspectos. La aflicción
como mecanismo de defensa su papel es el de reconstituir al Yo sacudido. Tal
tarea de la aflicción parece una tarea titánica, el golpe sufrido por el Yo y
con ello las cicatrices de éste en relación a las preguntas que el sujeto
separado no deja de cuestionarse a si mismo ¿en qué falle?, ¿qué deje de
hacer?, ¿no fui lo suficiente para él o ella? En el proceso de superación de la
ruptura, la reconstitución del Yo puede dar como resultado que del amor que
sentía por su ex pareja ahora se convierta en odio.
Ello es posible, si el sujeto separado entiende que él no fue el único culpable
en la ruptura de la relación. El sujeto separado intenta superar el “fracaso”,
pero no lo supera en su plenitud, al no superar tal proceso, el sujeto separado
se engaña el mismo y el supuesto “fracaso” se lo pasa a la otra parte, entonces
su intento de “superación” de la ruptura se da en forma de odio a la persona
que hacía poco tiempo quería o amaba.
El o los mecanismos de defensa que el sujeto ocupe
para salir avante de su situación de separación dentro de cada intento por
olvidar a ese persona amada está un ¡No me olvides! (Caruso, I. 1986: 45).
En cada relación de pareja cuando se hace presentes
las contradicciones entre la pareja se da el fundamento racional y voluntario
para llevar a cabo la separación, según Caruso. Esto no es más que el contenido
de superación proveniente del Superyó y del Yo, con ello intentar soslayar la
inevitable separación. Recordemos que para Freud el inicio de lo nuevo se
genera o es producto de lo negativo, para Freud es el deseo de muerte. Siendo que de lo negativo sale lo positivo se da
pues en la tesis psicoanalítica de Caruso que, el deseo de muerte se da la
separación de manera racional.
El sujeto que separa o hace la ruptura en la
relación de pareja no sufre de la misma manera en que sufre el separado. Uno
vive mientras el otro muere, es decir, el separado sufrirá mientras el que separó
tal vez viva de manera agradable, pero la parte separada vivirá sabiendo que el
otro es feliz aun con la ruptura.
Mientras mejor y más “agradablemente” “sobreviva”, más cruel es mi muerte
(Caruso, I. 1986: 46).
Por la naturaleza del Yo le deseará lo mejor al
otro, ello no eliminará la herida narcisista que se le ha hecho (herida hecha a
causa de la separación). El dolor agudo de la persona separada se debe en gran
parte de modo inconsciente de la certeza de que el otro le puede ofrecer y uno
no pudo ser capaz de poderlo brindar mientras estuvo con esa persona amada.
…..reencuentro deseo de la muerte expresado en la
regresión del deseo del Yo del separado como del separado.
Jonathan Stalin
Referencias bibliográficas
Braunstein, N. (2005). La re-flexión de los
conceptos de Freud en la obra de Lacan, D.F, México, Siglo XXI.
[1]
Se va entender como pareja en el sentido de una relación entre dos sujetos en
cuestión amorosa. En el texto de Caruso no se usa tal concepto sino el de
“amantes”.