LA
EDUCACIÓN CRÍTICA, UNA EDUCACIÓN SOCIAL Y NO DE MERCADO
Puntos introductorios
El presente ensayo fue
realizado bajo la guía del materialismo histórico, partiendo de las propias
bases de Marx, para poder incorporar a aquellos que han seguido ese camino por
la transformación de las condiciones materiales existentes.
El ensayo está
dividido en cuatro apartados. El primero es situar a la escuela como Aparato
Ideológico de Estado en el segundo apartado está dirigido a establecer los
principios por los cuales se sustenta la escuela bancaria, en el tercer
apartado es intentar responder sí es posible una escuela de carácter crítico en
donde se aplique la didáctica crítica; y para finalizar con el ensayo y a
manera de conclusión es la concreción de qué es la escuela, su función social
como reproductora ideológica del orden de cosas existentes y además en la misma
escuela se ha gestado formas diferentes de concebir y aplicar la realidad, esto
es, en aras de lo social, de lo humano, la educación crítica.
1. La escuela como Aparato Ideológico de Estado
Para poder entender
la concepción de pedagogía crítica es necesario tener en claro la función
ideológica de la escuela como A.I.E (Aparato Ideológico de Estado). La escuela
responde a la base económica incrustada en la superestructura social.
En la superestructura es donde el modo de producción condiciona la vida material e ideológica de
los sujetos, condiciona al sujeto en lo político, económico, social, religioso,
intelectual en lo general. Así pues, la escuela es un instrumento para la
reproducción ideológica en el sostenimiento del orden de cosas existentes.
Así en el enfoque
materialista de la historia, la organización de la producción, la formación
social en su desarrollo histórico es crucial para entender las relaciones de la
vida humana. Por ello, comprendiendo las contradicciones que se gestan en el
capitalismo, se logra entender cómo las instituciones, el Estado, gestan la
ideología dominante en la sociedad en su
conjunto, y posibilita explicar lo que sucede en la sociedad misma.
Los aparatos
ideológicos se utilizan para imponer una ideología, que se convierte en
dominante, su papel es el de la cohesión social bajo los intereses de clases.
Mediante las relaciones sociales de producción se asegura un poder de Estado, y
éste utiliza los aparatos ideológicos AIE, para la reproducción ideológica en
intereses del capital y de los monopolios.
Los Aparatos
Ideológicos de Estado funcionan masivamente con la ideología como forma
predominante pero utilizan secundariamente, y en situaciones límite,
una represión muy
atenuada, disimulada, es decir simbólica. (No existe aparato puramente
ideológico.) Así la escuela y las iglesias adiestran con métodos apropiados
(sanciones, exclusiones, selección,) También el Aparato Ideológico del Estado
cultural (la censura, por mencionar solo una forma).
La reproducción de la ideología
dominante no es simple repetición, no es una reproducción simple, ni si quiera
una reproducción ampliada automática, mecánica de instituciones dadas definidas
de una vez para siempre, por sus funciones: es el combate por la unificación y
la renovación de los elementos ideológicos anteriores, inconexos y
contradictorios, en una unidad conquistada en y por la lucha de clase, contra
las formas anteriores y las tendencias antagónicas nuevas. La lucha por la
reproducción de la ideología dominante es el combate inacabado que siempre es
preciso reemprender y que siempre está sometido a la ley de la lucha de clases
(Althusser, L. 1985: 52).
Los Aparatos
Ideológicos de Estado, sean cuales fueren, concurren al mismo resultado: la
reproducción de las relaciones de producción. Cada Aparato concurre a ese
resultado única que le es propia.
Por lo que el
Estado regula la educación para mantener el proceso de reproducción
capitalista, a través de la ideología y el papel que desempeña a favor de
cierta clase social.
El aparato escolar como producto histórico,
es inseparable del modo de producción capitalista. “No sólo distribuyendo el
conocimiento, sino que lo produce (Carnoy, M. 1990:36). Debido a su
preponderancia para seguir reproduciendo no sólo los medios de producción, sino
a la par la reproducción de las relaciones de producción (mano de obra).
Este es un Aparato Ideológico de Estado que cumple
muy bien el papel dominante, enraizado en la reproducción de las relaciones
sociales de producción, es la escuela. Como tal, este aparato contribuye en
cuanto a la parte que le concierne, a reproducir las relaciones de producción
capitalistas, es decir, en definitiva, la división de la sociedad en clases, en
provecho de la clase dominante (Baudelot y Esteblet 1981: 41), por medio de
normas y valores orientados a la clase que económicamente tienen el control de
los medios de producción respecto a las otras clases subordinadas.
¿Por qué el APARATO ESCOLAR es realmente el
aparato ideológico de Estado dominante en las formaciones económicas sociales y
cómo funciona?
La escuela funciona como un gigantesco
encauzamiento y distribución social (que reproduce las relaciones de clase y
los lugares sociales que éstas determinan).
La escuela como aparato ideológico de Estado,
dice Foucault (1980) encauza las
conductas y utiliza técnicas específicas de poder; modifica mecanismos e impone
procedimientos con el solo fin de disciplinar los cuerpos, y
para tal fin para que ningún cuerpo se escape, para que ningún cuerpo quede sin
disciplinar, utiliza como estrategia de poder la vigilancia. Así la escuela
desarrolla toda una infraestructura para que la vigilia sea permanente, que
todo aquel que es mirado (vigilado) sea visible.
Pero como la vigilancia en la escuela es una
función definida y debe estar presente y hacerse sentir como presente todo el
tiempo y en todo el tiempo productivo. Para Foucault (1980) el poder en la
vigilancia jerarquizada de las disciplinas no se tiene como se tiene una cosa,
no se transfiere como una propiedad, funciona como una maquinaria. Por ello es,
que aparecen sujetos como los maestros distribuidos por los patios, los
directores recorriendo las aulas, los pasillos y los patios, los guardias de
seguridad, en fin un sin número de vigilantes para que nada salga de la
normalidad, para que estos cuerpos dóciles sean bien encauzados.
2. Principios de la educación bancaria
En la educación
bancaria expresa Freire (2005) hay dos tipos de sujetos diferenciados, el
educador y el educando (el que es “educado”). Freire considera al educador es
el que sabe, el único que posee conocimientos. Es el que transmite sus
conocimientos al educando. El educando recibe todos los conocimientos del
educador, sin participar en el proceso de enseñanza aprendizaje.
La educación bancaria
es la forma de expresar de Freire a la educación tradicional. En este tipo de
educación el educando se le ve como un archivador, en el que se depositan todo
tipo de datos. La relación educativa entre los sujetos quienes participan es de
manera dividida, estática como mecanizada.
El educador es
alguien indiscutible que llena como un recipiente a los educandos, en la
reproducción del discurso del educador la palabra se vacía de contenido y se
transforma en una palabra hueca, en un verbalismo alienado y alienante. La
alienación del sujeto en el aula se intenta hacer en la desvinculación entre lo
que se da como conocimiento de manera vertical de educador a educando, con ello
se hace del aprendizaje consiste en la memorización mecánica de los contenidos
con los que son llenados los estudiantes.
Freire (2005)
concibe la reproducción de la educación bancaria, la reproducción ideológica
del modo de producción dominante, el capitalismo, esto es, cuanto más se dejen
llenar de tal tipo de educación, mejores educandos serán. Es claro, la
sumisión, la apatía que se intenta formar en los educandos, es en relación no a
ser “mejores” como personas, si no mejores reproductores de los intereses del
capitalismo. En vez de comunicarse, el educador hace comunicados que el educando
memoriza y repite. Educadores y educandos se archivan en la medida en que no
existe creatividad alguna, ni transformación, ni saber. Estatismo por
dialéctica, la
práctica transformadora por la pasividad, la reflexión y la crítica por
memorización.
3. La pedagogía crítica es posible
¿Es posible una educación
social? ¿Podemos los estudiantes,
profesores y la sociedad en general imprimir en la educación una práctica
educativa que se oriente por un interés emancipatorio? Se trata de preguntas
que, desde la perspectiva del discurso académico o para Freire desde la
educación bancaria parecen demasiado desgastadas y que, desde la óptica de un
posmodernismo que desconfía de la razón, del sujeto histórico y de los ideales
emancipatorios, se revelan como ingenuas o mistificadas. No obstante, la
formulación a tales interrogantes en este trabajo obedece a que la realidad
ante nuestros ojos nos muestra la persistencia del sujeto histórico, de los
ideales emancipatorios y de la insistencia de muchos sujetos individuales y
colectivos en dar sentido a la historia.
La escuela a través
de una didáctica crítica supone la formación coherente y sistemática de los
sujetos integralmente desarrollados, constructores de una sociedad mejor, en la
que se conjuga el alto nivel ideológico, la laboriosidad, el sentido de
organización, la riqueza espiritual, la pureza normal. Estas bases científicas
en la formación educativa sobre sólidos principios del materialismo histórico
formuladas por Marx, Engels y Lenin, quienes vinculaban el desarrollo integral
del hombre con la reestructuración de las relaciones sociales y con el activo
papel que corresponde en este proceso al sujeto.
Mariátegui decía
(1975) es imposible democratizar la educación sino se democratiza la economía y
por ende la superestructura que la sustenta. Esto es, que todo proyecto
educativo que esté sustentado en una base social que no refleje los intereses
de la sociedad en su conjunto terminará por ser más bien un azote para la misma
sociedad. La satisfacción de las amplias masas, pasa por una solución política
al problema social económico y en nuestro caso la educación.
4. De lo abstracto a lo concreto
Cuanto más se les imponga
pasividad, tanto más tenderán a adaptarse al mundo en vez de transformarlo. La
alienación del sujeto desde la educación para la reproducción ideológica
estando en todo momento, la reproducción material del orden existente,
reproducción que se hace en la pasividad ante las contradicciones materiales
existentes, la pasividad como servilismo ante el opresor.
En la visión
bancaria de la educación, el conocimiento es una donación de aquellos que se
juzgan sabios a los que se juzgan ignorantes. Donación que se basa en una de
las manifestaciones instrumentales de la ideología de la opresión: la
absolutización de la ignorancia según la cual esta se encuentra siempre en el
otro. Esta educación refleja la sociedad opresora siendo una dimensión de la
cultura del
silencio, de la desigualdad, de la segregación, de la privatización de la
educación pública propias características del capitalismo.
Para poner punto final al presente ensayo será
con las palabras del Comandante Guevara de la Serna:
…no importa que me quede solo, así
seguiré luchando, porque mi convicción es tan fuerte y mis ideas tan firmes que
no necesito estar acompañado para sentirme seguro. Que si tengo miedo, mucho…
mucho miedo a que mis hijos me griten cobarde, miedo el que mis alumnos me reclamen
el no haberles enseñado a luchar.
Miedo a que el pueblo siga sumergido
en la pobreza y en la mediocridad, a eso le tengo miedo, no a mis ansias de
libertad, ni a las amenazas de la dirección escolar, ni a los golpes que los
gorilas del gobierno me pueden dar, no a los descuentos, no a los actos… eso me
tiene sin cuidado, algo se tiene que perder cuando uno se decide a luchar. Lo
que si me tiene preocupado, son aquellos conformistas que esperan sentados a
que otros consigan el pan que les han negado. Es preocupante haberse retirado
sin haber logrado nada, pero más preocupante es recibir migajas para dejar de
luchar. (Guevara en Dalton, R. 2010: 119).
Las palabras, los
ensayos, los discursos en todo momentos se harán superfluos si no se ancla con
la práctica, en este caso, siguiendo los principios del materialismo histórico
no hay teoría sin práctica revolucionaria y viceversa.
Práctica
Proletaria México
Ninho
Stalin
Referencias
bibliográficas
Althusser, L.
1970. Ideología y Aparatos
Ideológicos Estado. México, D.F, Quinto Sol.
Baudelot y
Esteblet.
1981. La escuela
capitalista” México, D.F, Siglo XXI.
Carnoy, M.
1990. Enfoques marxistas de la educación” España, Siglo XXI.
Dalton, Roque. 2010. Un libro rojo para
Lenin. México, Ocean.
Foucault, M. 1980.
Vigilar y Castigar: nacimiento de la prisión. México, D.F,
Siglo XXI.
Freire, Paulo.
1978. La educación como práctica de la libertad. México, D. F, Ed. SIGLO XXI.
……………… 2005. La pedagogía
del oprimido. Ed. SIGLO XXI.
Mariátegui, José Carlos. 1975. Fascismo sudamericano', 'Los intelectuales y
la revolución' y otros artículos inéditos (1923 - 1924), Centro de Trabajo Intelectual
Mariátegui, Lima.
Marx, C. 1977.
Introducción general a la crítica de la economía política (1857). Ed. Cuadernos
de pasado y presente.