MARXISMO LENINISMO

jueves, 19 de diciembre de 2013

LA EDUCACIÓN CRÍTICA, UNA EDUCACIÓN SOCIAL Y NO DE MERCADO




LA EDUCACIÓN CRÍTICA, UNA EDUCACIÓN SOCIAL Y NO DE MERCADO

Puntos introductorios
El presente ensayo fue realizado bajo la guía del materialismo histórico, partiendo de las propias bases de Marx, para poder incorporar a aquellos que han seguido ese camino por la transformación de las condiciones materiales existentes.

El ensayo está dividido en cuatro apartados. El primero es situar a la escuela como Aparato Ideológico de Estado en el segundo apartado está dirigido a establecer los principios por los cuales se sustenta la escuela bancaria, en el tercer apartado es intentar responder sí es posible una escuela de carácter crítico en donde se aplique la didáctica crítica; y para finalizar con el ensayo y a manera de conclusión es la concreción de qué es la escuela, su función social como reproductora ideológica del orden de cosas existentes y además en la misma escuela se ha gestado formas diferentes de concebir y aplicar la realidad, esto es, en aras de lo social, de lo humano, la educación crítica.

1. La escuela como Aparato Ideológico de Estado
Para poder entender la concepción de pedagogía crítica es necesario tener en claro la función ideológica de la escuela como A.I.E (Aparato Ideológico de Estado). La escuela responde a la base económica incrustada en la superestructura social[1]. En la superestructura es donde el modo de producción  condiciona la vida material e ideológica de los sujetos, condiciona al sujeto en lo político, económico, social, religioso, intelectual en lo general. Así pues, la escuela es un instrumento para la reproducción ideológica en el sostenimiento del orden de cosas existentes.

Así en el enfoque materialista de la historia, la organización de la producción, la formación social en su desarrollo histórico es crucial para entender las relaciones de la vida humana. Por ello, comprendiendo las contradicciones que se gestan en el capitalismo, se logra entender cómo las instituciones, el Estado, gestan la ideología  dominante en la sociedad en su conjunto, y posibilita explicar lo que sucede en  la sociedad misma. 

Los aparatos ideológicos se utilizan para imponer una ideología, que se convierte en dominante, su papel es el de la cohesión social bajo los intereses de clases. Mediante las relaciones sociales de producción se asegura un poder de Estado, y éste utiliza los aparatos ideológicos AIE, para la reproducción ideológica en intereses del capital y de los monopolios.

Los Aparatos Ideológicos de Estado funcionan masivamente con la ideología como forma predominante pero utilizan secundariamente, y en situaciones límite,

una represión muy atenuada, disimulada, es decir simbólica. (No existe aparato puramente ideológico.) Así la escuela y las iglesias adiestran con métodos apropiados (sanciones, exclusiones, selección,) También el Aparato Ideológico del Estado cultural (la censura, por mencionar solo una forma).

La reproducción de la ideología dominante no es simple repetición, no es una reproducción simple, ni si quiera una reproducción ampliada automática, mecánica de instituciones dadas definidas de una vez para siempre, por sus funciones: es el combate por la unificación y la renovación de los elementos ideológicos anteriores, inconexos y contradictorios, en una unidad conquistada en y por la lucha de clase, contra las formas anteriores y las tendencias antagónicas nuevas. La lucha por la reproducción de la ideología dominante es el combate inacabado que siempre es preciso reemprender y que siempre está sometido a la ley de la lucha de clases (Althusser, L. 1985: 52).

Los Aparatos Ideológicos de Estado, sean cuales fueren, concurren al mismo resultado: la reproducción de las relaciones de producción. Cada Aparato concurre a ese resultado única que le es propia.

Por lo que el Estado regula la educación para mantener el proceso de reproducción capitalista, a través de la ideología y el papel que desempeña a favor de cierta clase social.

El aparato escolar como producto histórico, es inseparable del modo de producción capitalista. “No sólo distribuyendo el conocimiento, sino que lo produce (Carnoy, M. 1990:36). Debido a su preponderancia para seguir reproduciendo no sólo los medios de producción, sino a la par la reproducción de las relaciones de producción (mano de obra).

Este es un Aparato Ideológico de Estado que cumple muy bien el papel dominante, enraizado en la reproducción de las relaciones sociales de producción, es la escuela. Como tal, este aparato contribuye en cuanto a la parte que le concierne, a reproducir las relaciones de producción capitalistas, es decir, en definitiva, la división de la sociedad en clases, en provecho de la clase dominante (Baudelot y Esteblet 1981: 41), por medio de normas y valores orientados a la clase que económicamente tienen el control de los medios de producción respecto a las otras clases subordinadas.

¿Por qué el APARATO ESCOLAR es realmente el aparato ideológico de Estado dominante en las formaciones económicas sociales y cómo funciona?

La escuela funciona como un gigantesco encauzamiento y distribución social (que reproduce las relaciones de clase y los lugares sociales que éstas determinan).

La escuela como aparato ideológico de Estado, dice Foucault (1980)  encauza las conductas y utiliza técnicas específicas de poder; modifica mecanismos e impone

procedimientos  con el solo fin de disciplinar los cuerpos, y para tal fin para que ningún cuerpo se escape, para que ningún cuerpo quede sin disciplinar, utiliza como estrategia de poder la vigilancia. Así la escuela desarrolla toda una infraestructura para que la vigilia sea permanente, que todo aquel que es mirado (vigilado) sea visible.

Pero como la vigilancia en la escuela es una función definida y debe estar presente y hacerse sentir como presente todo el tiempo y en todo el tiempo productivo. Para Foucault (1980) el poder en la vigilancia jerarquizada de las disciplinas no se tiene como se tiene una cosa, no se transfiere como una propiedad, funciona como una maquinaria. Por ello es, que aparecen sujetos como los maestros distribuidos por los patios, los directores recorriendo las aulas, los pasillos y los patios, los guardias de seguridad, en fin un sin número de vigilantes para que nada salga de la normalidad, para que estos cuerpos dóciles sean bien encauzados.

2. Principios de la educación bancaria
En la educación bancaria expresa Freire (2005) hay dos tipos de sujetos diferenciados, el educador y el educando (el que es “educado”). Freire considera al educador es el que sabe, el único que posee conocimientos. Es el que transmite sus conocimientos al educando. El educando recibe todos los conocimientos del educador, sin participar en el proceso de enseñanza aprendizaje.

La educación bancaria es la forma de expresar de Freire a la educación tradicional. En este tipo de educación el educando se le ve como un archivador, en el que se depositan todo tipo de datos. La relación educativa entre los sujetos quienes participan es de manera dividida, estática como mecanizada.

El educador es alguien indiscutible que llena como un recipiente a los educandos, en la reproducción del discurso del educador la palabra se vacía de contenido y se transforma en una palabra hueca, en un verbalismo alienado y alienante. La alienación del sujeto en el aula se intenta hacer en la desvinculación entre lo que se da como conocimiento de manera vertical de educador a educando, con ello se hace del aprendizaje consiste en la memorización mecánica de los contenidos con los que son llenados los estudiantes.

Freire (2005) concibe la reproducción de la educación bancaria, la reproducción ideológica del modo de producción dominante, el capitalismo, esto es, cuanto más se dejen llenar de tal tipo de educación, mejores educandos serán. Es claro, la sumisión, la apatía que se intenta formar en los educandos, es en relación no a ser “mejores” como personas, si no mejores reproductores de los intereses del capitalismo. En vez de comunicarse, el educador hace comunicados que el educando memoriza y repite. Educadores y educandos se archivan en la medida en que no existe creatividad alguna, ni transformación, ni saber. Estatismo por


dialéctica, la práctica transformadora por la pasividad, la reflexión y la crítica por memorización.

3. La pedagogía crítica es posible
¿Es posible una educación social?  ¿Podemos los estudiantes, profesores y la sociedad en general imprimir en la educación una práctica educativa que se oriente por un interés emancipatorio? Se trata de preguntas que, desde la perspectiva del discurso académico o para Freire desde la educación bancaria parecen demasiado desgastadas y que, desde la óptica de un posmodernismo que desconfía de la razón, del sujeto histórico y de los ideales emancipatorios, se revelan como ingenuas o mistificadas. No obstante, la formulación a tales interrogantes en este trabajo obedece a que la realidad ante nuestros ojos nos muestra la persistencia del sujeto histórico, de los ideales emancipatorios y de la insistencia de muchos sujetos individuales y colectivos en dar sentido a la historia.

La escuela a través de una didáctica crítica supone la formación coherente y sistemática de los sujetos integralmente desarrollados, constructores de una sociedad mejor, en la que se conjuga el alto nivel ideológico, la laboriosidad, el sentido de organización, la riqueza espiritual, la pureza normal. Estas bases científicas en la formación educativa sobre sólidos principios del materialismo histórico formuladas por Marx, Engels y Lenin, quienes vinculaban el desarrollo integral del hombre con la reestructuración de las relaciones sociales y con el activo papel que corresponde en este proceso al sujeto.

Mariátegui decía (1975) es imposible democratizar la educación sino se democratiza la economía y por ende la superestructura que la sustenta. Esto es, que todo proyecto educativo que esté sustentado en una base social que no refleje los intereses de la sociedad en su conjunto terminará por ser más bien un azote para la misma sociedad. La satisfacción de las amplias masas, pasa por una solución política al problema social económico y en nuestro caso la educación.

4. De lo abstracto a lo concreto
Cuanto más se les imponga pasividad, tanto más tenderán a adaptarse al mundo en vez de transformarlo. La alienación del sujeto desde la educación para la reproducción ideológica estando en todo momento, la reproducción material del orden existente, reproducción que se hace en la pasividad ante las contradicciones materiales existentes, la pasividad como servilismo ante el opresor.

En la visión bancaria de la educación, el conocimiento es una donación de aquellos que se juzgan sabios a los que se juzgan ignorantes. Donación que se basa en una de las manifestaciones instrumentales de la ideología de la opresión: la absolutización de la ignorancia según la cual esta se encuentra siempre en el otro. Esta educación refleja la sociedad opresora siendo una dimensión de la


cultura del silencio, de la desigualdad, de la segregación, de la privatización de la educación pública propias características del capitalismo.
 Para poner punto final al presente ensayo será con las palabras del Comandante Guevara de la Serna:

…no importa que me quede solo, así seguiré luchando, porque mi convicción es tan fuerte y mis ideas tan firmes que no necesito estar acompañado para sentirme seguro. Que si tengo miedo, mucho… mucho miedo a que mis hijos me griten cobarde, miedo el que mis alumnos me reclamen el no haberles enseñado a luchar.
Miedo a que el pueblo siga sumergido en la pobreza y en la mediocridad, a eso le tengo miedo, no a mis ansias de libertad, ni a las amenazas de la dirección escolar, ni a los golpes que los gorilas del gobierno me pueden dar, no a los descuentos, no a los actos… eso me tiene sin cuidado, algo se tiene que perder cuando uno se decide a luchar. Lo que si me tiene preocupado, son aquellos conformistas que esperan sentados a que otros consigan el pan que les han negado. Es preocupante haberse retirado sin haber logrado nada, pero más preocupante es recibir migajas para dejar de luchar. (Guevara en Dalton, R. 2010: 119).

Las palabras, los ensayos, los discursos en todo momentos se harán superfluos si no se ancla con la práctica, en este caso, siguiendo los principios del materialismo histórico no hay teoría sin práctica revolucionaria y viceversa.

Práctica Proletaria México
Ninho Stalin

Referencias bibliográficas
Althusser, L. 1970. Ideología y Aparatos Ideológicos Estado. México, D.F, Quinto Sol.
Baudelot y Esteblet. 1981. La escuela capitalista”  México, D.F, Siglo XXI.
Carnoy, M. 1990. Enfoques marxistas de la educación” España, Siglo XXI.
Dalton, Roque. 2010. Un libro rojo para Lenin. México, Ocean.
Foucault, M. 1980. Vigilar y Castigar: nacimiento de la prisión. México, D.F, Siglo XXI.
Freire, Paulo. 1978. La educación como práctica de la libertad. México, D. F, Ed. SIGLO XXI.

……………… 2005. La pedagogía del oprimido. Ed. SIGLO XXI.
Mariátegui, José Carlos. 1975. Fascismo sudamericano', 'Los intelectuales y la revolución' y otros artículos inéditos (1923 - 1924), Centro de Trabajo Intelectual Mariátegui, Lima.
Marx, C. 1977. Introducción general a la crítica de la economía política (1857). Ed. Cuadernos de pasado y presente.


[1] Marx comprende por superestructura a las formas determinadas de conciencia social. Marx, C. 1977. Introducción general a la crítica de la economía política (1857). Ed. Cuadernos de pasado y presente, p. 39.

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