MARXISMO LENINISMO

lunes, 1 de diciembre de 2014

OCTUBRE 1917

OCTUBRE 1917, DE NUEVO EL CIELO SE TOMÓ POR ASALTO
                                                                                                                    Profesor Jonathan Stalin
A manera de introducción
Octubre de 1917 se presentó a la humanidad como el suceso que sacudió la “estabilidad” e “imbatibilidad” del capital, los obreros, campesinos, soldados en Rusia encabezados por los bolcheviques de Lenin, Stalin tomaron el cielo por asalto, la construcción de la patria de los parias de la Tierra.


Con el triunfo de la Revolución de febrero, el ascenso de la burguesía como clase dominante, presentó la dualidad de poderes con la revolución de marzo. Primeramente el gobierno provisional, el de la burguesía de Lvov y Cía teniendo a su disposición todos los órganos de poder, así como un gobierno suplementario, encargado en el Soviet, pero es éste último quien tenía la mayoría del pueblo, y no los órganos de poder.

La dualidad de poderes solo mostró la transición entre la revolución democrática burguesa a la democracia revolucionaria, dictadura del proletariado y los campesinos pobres encarnado en los Soviets.

1. Febrero de 1917
La Revolución de Febrero dio las condiciones materiales para que los bolcheviques incrementaran su actividad entre los proletarios, los campesinos pobres, los soldados, condiciones de legalidad en que actuaban en esos momentos los bolcheviques. El Partido Bolchevique en el desarrollo de la lucha política a la cabeza estando Lenin, los bolcheviques lanzaron la consigna ¡Todo el poder a los soviets! En esta primera etapa de la Revolución el objetivo era derrocar al zarismo y sus vestigios.

El desarrollo de la lucha de clases, el avance del partido en el parlamento, fue un proceso en los bolcheviques en palabras de Marx:

Con la agitación electoral, nos ha suministrado un medio único para entrar en contacto con las masas del pueblo allí donde están todavía lejos de nosotros, para obligar a todos los partidos a defender ante el pueblo, frente a nuestros ataques, sus ideas y sus actos; y además, abrió a nuestros representantes en el parlamento una tribuna desde lo alto de la cual pueden hablar a sus adversarios en la Cámara y a las masas fuera de ella con una autoridad y una libertad muy distintas de las que se tienen en la prensa y en los mítines (Marx y Engels. 1955: 114-115).

Los objetivos inmediatos de los bolcheviques estaban: la inmediata terminación de la guerra, el reparto de los bienes de la nobleza entre los campesinos pobres, el control del proletariado sobre la producción industrial, el derecho a la autodeterminación de  cada una de las nacionalidades no rusas.
Las condiciones materiales de pauperismo en las que se encontraba el pueblo ruso pese a la instauración del Gobierno provisional[1] (3 de marzo de 1917) estando al frente Kerensky. Este Gobierno quitó las manifestaciones fundamentales del zarismo, concedió los derechos y libertades democráticas fundamentales. El pauperismo, la desigualdad seguían agudizándose, pese a las reformas que el Gobierno de Kerensky dio para intentar controlar las protestas en Petrogrado, Moscú, principalmente. Si bien se había avanzado en contra de los vestigios feudales, los restos de la Rusia zarista aun no eran demolidos. Al contrario de los bolcheviques el Gobierno provisional veía como salida la continuación de la guerra[2] con los aliados hasta alcanzar la victoria. La continuación de la guerra con los países de Inglaterra y Francia, era pues, la guerra para el repartimiento de los territorios más débiles, la continuación del derramamiento de sangre de los pueblos por el botín del capital.

El pueblo ruso estaba devastado por sus condiciones que le aplastaban hacía ya tiempo “sin embargo, en el pueblo apenas se conocían las teorías alarmistas de Lenin; en realidad los dirigentes socialistas ejercieron una escasa influencia sobre el hombre de la calle” (Goehrke, Hellmann, Lorenz y Scheibert. 2004: 255). Los textos de Lenin apenas conocidos por el proletariado ruso según los autores, les resulta que a un sujeto que apenas se le oía, era imposible que sus "panfletos" hicieran mella en las masas trabajadoras.

Para Goehrke, Hellmann, Lorenz y Scheibert vieron en los textos de Lenin “teorías alarmistas” expresadas según ellas estas teorías alarmistas, en Las tesis de abril. Así los autores conciben las condiciones materiales de los rusos como una historia parcial, es decir, veían en el actuar de Lenin y los bolcheviques que se salían de los planteamientos del marxismo clásico, el abandono del socialismo científico, por un retorno a la teoría blanquista, estas acusaciones también se daban al interior del Partido. El abandono del socialismo científico, expresaban los camaradas al interior del Partido bolchevique era en relación que Rusia era un país atrasado, para poder llevarse a cabo la Revolución Socialista, pues Rusia no tenía el desarrollo del capitalismo  como Alemania, Inglaterra, los mismos Estados Unidos de Norteamérica. Romper la cadena por el eslabón más débil.

Ya para las jornadas de julio los bolcheviques de nuevo estaban siendo perseguidos, además de llamarles “agentes alemanes”. La intelectualidad al servicio del capital ha insistido en que el papel de los bolcheviques no era conocido por las masas trabajadoras, si fuese así, ¿por qué en sus textos se contradicen, expresando que el Partido de Lenin con las jornadas de julio, las persecuciones se agudizaron en contra de los bolcheviques?

Después del golpe de Estado fallido por parte del General Kornilov comandante en jefe del ejército, los bolcheviques haciendo uso práctico de las condiciones que les daba la libertad política, éstos demostraron su alza en las masas, su arraigo con las masas estaba intacto creando así una milicia obrera armada. Los bolcheviques después de estas jornadas alcanzaron la mayoría en los soviets de Petrogrado y Moscú. Por parte de los mencheviques y los social-revolucionarios imperaba la desesperanza y la desorganización.
Ya para mediados de septiembre de 1917 Lenin veía las condiciones objetivas y subjetivas para que se diera el levantamiento armado. Con tres principios por los cuales, los bolcheviques se diferenciaban radicalmente del blanquismo:

Para tener éxito el levantamiento no puede apoyarse en una conjura, en un solo partido, sino que ha de hacerlo en la clase en la clase más avanzada.
El levantamiento debe de apoyarse en el espíritu revolucionario del pueblo.
El levantamiento debe de apoyarse en un punto de la historia de la revolución en que la actividad de las primeras filas del pueblo haya alcanzado su grado máximo y en que las vacilaciones en las filas del enemigo y en las filas de los amigos débiles, parciales e indecisos de la revolución haya alcanzado su punto culminante (Lenin. 1987: 12-13).

Habiendo pasado el periodo de febrero-marzo, la Revolución rusa ya estaba lista para un nuevo paso; y este era en palabras de Lenin “al crear los Soviets de diputados obreros, ha llevado ya al proletariado de Rusia hasta el umbral de la ruptura del frente del capital” (Lenin. 1976: 291).

Así  de marzo a octubre de 1917 la lucha se centró en derrocar al imperialismo, teniendo como sujeto revolucionario al proletariado en alianza con el campesino pobre.

2. Octubre de 1917
Para llevar a cabo el levantamiento armado, los bolcheviques lo confiaron en el comité militar revolucionario. En la noche del 24  al 25 de octubre el comité militar revolucionario había ocupado los puntos estratégicos importantes de la capital. El comité proclama: el gobierno provisional ha sido derribado. Lenin pronunciaba la causa por la que ha luchado el pueblo: la oferta de una paz democrática, la abolición del derecho de los terratenientes a la propiedad del suelo, el control de los trabajadores sobre la producción y la formación de un Gobierno soviético, está garantizada.

“La historia del desarrollo de las sociedades, ha mostrado las contradicciones entre los intereses de los unos y de los otros generando antagonismos sociales. Ahora bien, la fuente de la que brotan esas aspiraciones contradictorias son las diferencias de posición y condiciones de vida de las clases entre las que se divide la sociedad” (Lenin. 1950: 21). Por tanto “la dictadura del proletariado no puede conducir tan solo a la ampliación de la democracia, sino que implica restricciones opuesta a la libertad de los opresores, explotadores, capitalistas. Debemos reprimir a estos para liberar a la humanidad de la esclavitud asalariada, y es evidente que allí donde hay represión, donde hay violencia no hay libertad ni democracia” (Lenin. 1976: 90).

Rosa Luxemburgo no comprendió ni el concepto ni la aplicación de la dictadura del proletariado como tampoco el papel del Partido antes ni después de la Revolución. Luxemburgo dice:

 La libertad reservada exclusivamente a los partidos oficialistas, únicamente a los miembros del partido gubernamental –por numerosos que sean- , no es la libertad. La libertad es siempre únicamente libertad para quien piensa de manera diferente. Y no es por un fanatismo de >justicia<, sino por lo que todo de lo que de instructivo, sano y purificador pude haber en la libertad política, depende de ella, y pierde toda eficacia en el momento en que la libertad se convierte en un privilegio (Luxemburgo y Lukacs. 1980: 36).

Luxemburgo en su concepción “pura” de justicia democrática veía en la toma del poder por parte de los bolcheviques, una imposición de una mayoría o minoría, pero no de la clase proletaria, sino por un pequeño grupo en nombre de la clase. A ello Marx es claro:

Por esta razón, aquí el método materialista tendrá que limitarse, con harta frecuencia, a reducir los conflictos políticos a las luchas de los intereses de las clases sociales y fracciones de clases existentes determinadas por el desarrollo económico, y a poner de manifiesto que los partidos políticos son la expresión política más o menos adecuada de estas mismas clases y fracciones de clase (Marx y Engels. 1955: 104).

La teoría del marxismo del Estado no concibe los acontecimientos de un momento particular de la historia en el desarrollo de las sociedades, no de manera aislada, sino en la concatenación de los hechos. Así como con la conformación del Gobierno Provisional estaban detrás los intereses de la burguesía, un gobierno del capital, con la Revolución de Octubre se daba el paso del tránsito del capitalismo al socialismo, de tal manera que la toma del poder fue práctica del Partido Bolchevique, sólo como conciencia organizada pues los protagonistas de tomar el cielo por asalto fue el proletariado ruso, los campesinos pobres y los soldados.

No existe democracia con justicia como tal todo gobierno es dictadura, ya sea dictadura burguesa o dictadura proletaria. Luxemburgo insiste en lo referente a la democracia:

Una dictadura, es verdad, pero no la dictadura del proletariado sino la de un manojo de políticos, es decir, la dictadura en sentido burgués, en el sentido del dominio jacobino (¡la de la postergación de tres a seis meses de los congresos de los soviets!). Y más aún, en tales circunstancias es inevitable que se genere un proceso de barbarie en la vida política: atentados, fusilamiento de rehenes, etc.

El desconocimiento del desarrollo de la revolución rusa hizo que el análisis de Luxemburgo cayera en errores en cuanto a la práctica y teoría marxista. ¿Cómo y por qué se desarrollaron las jornadas de julio? El sostenimiento de cualquier naciente forma de gobierno, el acenso de cierta clase como clase dominante se sostendrá por medio de la violencia, por necesidad de  mantenimiento, consolidación y reproducción de las nuevas relaciones sociales. El proceso revolucionario no es camino de idealistas. La revolución es un proceso en donde la bondad, la justicia, la igualdad son ideales por cuales luchar , por ello, la violencia de una clase sobre la otra es utilizada como instrumento para conseguir tales ideales de la humanidad. Luxemburgo continúa con su línea:

Sí, sí, ¡dictadura! Pero esta dictadura consiste en el sistema de la aplicación de la democracia, y no en su eliminación. Consiste en un conjunto de intervenciones enérgicas y determinantes sobre los derechos conquistados y sobre las relaciones económicas de la sociedad burguesa, sin la cual la transformación socialista no es factible. Pero esta dictadura debe de ser ejercida por la clase, y no por una pequeña minoría de dirigentes en nombre de la clase, debe de contar con la participación activa de las masas, estar bajo su influencia directa (Luxemburgo y Lukacs. 1980: 41).

Sería anti-dialéctico, anti-histórico el pensar que únicamente con la toma de conciencia de toda o peor aun con la pura espontaneidad de las masas, la sociedad se dará la transición del capitalismo al socialismo, es decir el embelecimiento de la dictadura del proletariado. Lukacs responde al texto de Luxemburgo La Revolución rusa:

Las relaciones de producción capitalista se aproximan cada vez más a las socialistas, pero sus relaciones políticas y jurídicas, por el contrario, levantan un número cada vez alto entre la sociedad capitalista y socialista. Con ello se muestra la necesidad de una transformación violenta, revolucionaria, partiendo de las tendencias evolutivas de la sociedad.
…..pero ese reconocimiento de la función de la violencia se refiere sólo a lo negativo, a la eliminación de obstáculos, y no a la construcción social misma (Luxemburgo y Lukacs. 1980: 57).

De ninguna manera el triunfo de la Revolución Socialista estaba dado, no, apenas era su inicio. El Partido Bolchevique como conciencia organizada del proletariado y capas explotadas por el capital, en la construcción y consolidación del socialismo en el naciente poder soviético, centraba sus tareas en dos aspectos principalmente:

1. organizar y movilizar a las masas trabajadoras, para tomar el poder del Estado,
2. Conducir a las masas trabajadoras a la disciplina, para la creación de nuevas relaciones sociales. Trabajo cotidiano y masivo (Lenin. 1977: 14).


Mientras el poder soviético iba cobrando fuerza y consolidación, los comités rurales, designados por el gobierno en casos de litigio, se comenzaron a repartir sistemáticamente la propiedad, entonces en manos del Estado y la Iglesia. De tal forma que después de la Revolución de Octubre, el Partido bolchevique extendió la revolución a todo el país. Uno de los primeros decretos del naciente poder soviético fue el que se dio en el segundo congreso panruso de diputados campesinos el 26 de octubre de 1917, en el cual se dio el decreto sobre la tierra. A partir de aquí, la tierra no podía ser vendida, comprada o hipotecada ni se podía disponer de ella de cualquier otra forma. Para ello Lenin expresó: el campesinado adquiera la firme convicción de que no existen propietarios en el campo y que se deje en manos de campesinos la solución de todas las cuestiones y la estructuración de sus condiciones de vida.

En noviembre de 1917 los obreros iban poniendo cimientos sólidos en el control de éstos en la industria a través de un decreto sobre el control de las fábricas que disponía que los comités de empresa o los órganos de control podrían suspender las órdenes de los propietarios y sustituirlas por sus propias directrices. El control de los obreros desde el invierno de 1917 a 1918 si bien quebró el poder del burgués, pero no podía en ese momento organizar de nuevo la producción.

Luxemburgo como muchos otros comunistas no alcanzó a comprender los acontecimientos que pasaban en Rusia. Mientras que Luxemburgo escribía en Reforma social o Revolución: “la barrera entre la sociedad capitalista y la socialista se fortalece y consolida con las reformas sociales. Sólo los golpes del martillo de la revolución, es decir, la conquista del poder político por el proletariado, pueden derribar esta barrera” (Luxemburgo, R. 1967: 47). Entonces las contradicciones de Rosa en su análisis de las condiciones materiales del proletariado ruso en la toma y conquista del poder político le llevó a: “es como si Luxemburgo se hubiera imaginado la revolución pensando que el desarrollo económico lleva al proletariado en el punto en el cual, ya completa la madurez política, le basta recoger los frutos del árbol de ese desarrollo y aplicar el poder exclusivamente para eliminar los obstáculos >políticos<” (Luxemburgo y Lukacs. 1980: 58).

El naciente poder soviético como cualquier tipo de nuevo orden de cosas existentes, usó la violencia como mecanismo de defensa del socialismo. “Nuestro nuevo Estado naciente es también un Estado, pues necesitamos  destacamentos de hombres armados, necesitamos el orden más severo, necesitamos recurrir a la violencia para reprimir despiadadamente todos los intereses de la contrarrevolución, ya sea zarista o burguesa” (Lenin. 1976: 310).

4. Octubre del 17 nos enseñó
Dejar de aplicar el marxismo como si fuesen sagradas escrituras, dejar de lado el sentimentalismo pequeñoburgués, hacia donde conducen las vacilaciones en momentos álgidos de la lucha de clases. Además de que:

a) para tomar el poder no es necesario ser mayoría,
b) primero se toma el poder para poder elevar el nivel cultural de las masas (Stalin, I. 1953: 85-86).

Antes de que se diera la Revolución de Octubre el proletariado ruso desde 1905, después con la Revolución de febrero germinaba ya un nuevo tipo de Estado, ya no un Estado burgués, sino una maquinaria como la que se dio en la Comuna de París, este nuevo tipo de Estado, se dio en los Soviets de obreros, campesino pobres y soldados. Con ello, se da una clara diferencia entre los comunistas y anarquistas, que es, la necesidad del Estado en la etapa transitoria al comunismo, materializada en la dictadura del proletariado.

La Revolución de Octubre enseñó al proletariado del mundo entero y a las capas oprimidas por el capital:

Toda revolución significa un brusco viraje en la vida de las grandes masas populares. Si este viraje no ha madurado, es imposible una verdadera revolución. Y de la misma manera que todo viraje en la vida de un individuo le enseña y le hace conocer y sentir muchas cosas, la revolución brinda al pueblo entero, en poco tiempo, las más profundas y preciosas enseñanzas.
Durante la revolución, millones y millones de hombres aprenden en una semana más que en un año de vida rutinaria y monótona. Pues en estos virajes bruscos de la vida de todo pueblo se ve con especial claridad qué fines persiguen las diferentes clases sociales, de qué fuerzas disponen y con qué medios actúan (Lenin. 1977: 133).

                                                                                        Toluca, México 31 de marzo de 2014
                                                                                         Jonathan Stalin
Bibliografía:
Goehrke, Hellmann, Lorenz y Scheibert. “Rusia” México, D.F, Editorial Siglo XXI, 2004.
Lenin, V.I “El Estado y la Revolución”. México, D.F, Ediciones Quinto Sol, 1976.
……………. “Las tareas del proletariado en nuestra Revolución” Tomo VI en Obras escogidas en XII Tomos. Moscú, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1976.
……………. “Los partidos políticos en Rusia y las tareas del proletariado” Tomo VI en Obras escogidas en XII Tomos. Moscú, Ediciones en Lenguas Extranjeras, pág. 321
……………. “Marx, Engels y marxismo”.  Moscú, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1950.
……………. “Tesis de Abril”. México, D.F, Ediciones Quinto Sol, 1987.
……………. “Una gran iniciativa”. Moscú, Progreso, 1977.
Luxemburgo, R. “Reforma o Revolución”. México, D.F. Ed. Grijalbo, 1967.
Luxemburgo, R. y Lukacs, G. “Sobre la revolución rusa”. México, D.F. Ed. Grijalbo, 1980.
Marx, K. y Engels, F. “Las luchas de clases en Francia” en Tomo II Obras escogidas en II Tomos. Moscú, 1955.
Stalin, I. “Los fundamentos del leninismo” en Tomo VI Obras completas en XVII Tomos. Moscú, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1953.





[1] Sobre la posición de los diversos partidos políticos que estaban en Rusia y su relación con el Gobierno Provisional. Véase: “Los partidos políticos en Rusia y las tareas del proletariado” Tomo VI en Obras escogidas en XII Tomos. Moscú, Ediciones en Lenguas Extranjeras, pág. 321.
[2] Sobre la polémica sobre la continuación de la guerra imperialista o su salida del pueblo ruso de la misma, en el movimiento comunista existían tres planteamientos al respecto. Los socialchovinistas, los centristas y los bolcheviques. Véase: “Las tareas del proletariado en nuestra Revolución” Tomo VI en Obras escogidas en XII Tomos. Moscú, Ediciones en Lenguas Extranjeras, págs. 298-304, 1976.

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