EL CONDUCTISMO
COMO INSTRUMENTO DEL CAPITAL
Profesor
Jonathan
Introducción
Hablar
del conductismo es referir un modo de elaboración del conocimiento social bajo
los principios epistemológicos empírico-analíticos. También se puede advertir
que, desde sus inicios, el conductismo ha
sido criticado por diferentes posturas epistemológicas, en cuanto a su método y
los fines que persigue. En el presente trabajo se expondrá la forma en que el
conductismo, a través del condicionamiento operante, ha servido al capitalismo
promoviendo un tipo de conocimiento donde la lucha de clases es desplazada por
un discurso que privilegia la inserción de los sujetos en determinadas
funciones o tareas preestablecidas en la estructura social.
No se expondrá en este apartado los fines que los
autores perseguían al elaborar su teoría, únicamente se expondrá cómo la
burguesía ha hecho del conductismo un instrumento de dominación para exacerbar
la explotación del hombre por el hombre, apoyándonos para este fin de la
postura epistemológica critico-dialéctica.
Es Marx quien empieza a develar cómo, a través de la
explotación del hombre por el hombre mismo se agudizan las contradicciones
materiales existentes entre los unos y otros; entre burgueses y proletarios los
aspectos de producción e intercambio, de ideología[1], justamente,
el desarrollo del modo de producción capitalista conlleva una agudización de la
lucha de clases y, al mismo tiempo, formas distintas –en el terreno ideológico–
de legitimar los procesos de explotación y el dominio la burguesía en el poder.
Es
en este modo de producción capitalista donde los hombres deben satisfacer sus
necesidades a través de un proceso: mediante la circulación y cambio de
mercancías y, sólo después pueden pensar en hacer ciencia, tecnología,
instituciones, etc. Para satisfacer sus necesidades en esta sociedad
industrializada, el sujeto tiene que trabajar con unos salarios que solo le
permiten subsistir, pero la misma organización de la producción y de la
satisfacción de necesidades, conlleva todo un proceso de enajenación, a pesar
de que:
Podemos distinguir al
hombre por la conciencia, por la religión, y por todo lo que se quiera. Pero el
hombre mismo se diferencia, de los animales en el momento en que comienza a
producir sus medios de existencia, paso adelante determinado por su propia
constitución física. Dedicándose a la producción
de estos medios de existencia, los hombres edifican indirectamente su propia
vida material[2].
Así,
organización de la producción y satisfacción de necesidades se le presentan a
la gran masa de la población, a los trabajadores, como algo que no les
pertenece; de allí que la burguesía, para garantizar el control sobre la
producción de la vida material, se va apoyar de los aparatos ideológicos[3]
para mantener el orden social existente; los aparatos ideológicos tienen la
función de reproducir la ideología dominante y, por tanto, de conformar sujetos
adheridos al orden social vigente, por eso se distinguen de los aparatos
represores de estado como son: el ejército la policía, las cárceles, etc. Estos
aparatos coadyuvan a la reproducción de la ideología dominante y son la columna
de la burguesía, pues no sólo reprimen sino que elaboran y difunden la
ideología dominante mediante la cual los sujetos quedan atados material e
ideológicamente, es decir, tienen a impedir, en determinado momento, que los sujetos
adquieran conciencia de las contradicciones a las que se encuentran sometidos
y, por tanto, diluyen las posibilidades de emancipación; es decir: los aparatos
ideológicos tienen la función de alienar al sujeto para que sea productivo y
para ello el conductismo se ha convertido en un instrumento eficaz para
predecir, controlar y manipular al sujeto, para que trabaje, consuma y
reproduzca el orden existente: de ese modo vemos cómo se elabora un
conocimiento estrechamente vinculado al poder, al mantenimiento del orden
social vigente, al capitalismo.
En otras palabras, la escuela (pero también otras
instituciones del estado, como la iglesia, u otros aparatos, como el ejército)
enseña ciertos tipos de "saber hacer", pero de manera que aseguren el
sometimiento a la ideología dominante o el dominio de su "práctica"[4].
En
tal sentido, el conductismo ha penetrado en los aparatos ideológicos como la
escuela, los hospitales psiquiátricos y la prensa como teorías que guían el
aprendizaje eficaz, que dictaminan la salud o enfermedad mental de los sujetos,
o bien que modelan opiniones y comportamientos políticos; lo mismo que, en el
ámbito laboral, el conductismo se ha ocupado de la conducta humana dentro de
las empresas con la finalidad de producir cambios en el rendimiento de los
trabajadores y en la organización empresarial con fines de mejoras en la
eficacia y la productividad, donde las temáticas se anudan en torno la
determinación de puestos, perfiles de empleo, evaluación del desempeño,
satisfacción laboral, motivación y liderazgo; o bien, refieren una psicología
del trabajo, o laboral, como ciencia aplicada, preocupada por determinar
situaciones en que los trabajadores sean ubicados “según sus aptitudes y para
que el esfuerzo laboral no contradiga las exigencias y normas del trato humano
y conceda un alto grado de satisfacción”[5]:
un mundo feliz sin explotación, pues todo se reduce ajustes del sujeto respecto
a un determinado puesto, a su motivación y satisfacción.
Es
en esos aspectos donde el conductismo se revela como una ideología, con
pretensiones científicas, acorde a las exigencias de alienación de los sujetos
a la estructura social y económica capitalista. Para poder cuestionar,
entonces, al conductismo como instrumento del capitalismo, se tiene que
proceder construyendo una alternativa para el estudio no sólo del sujeto sino
de la misma sociedad, ello es posible desde el materialismo histórico.
1.
fundamentación epistemológica
La disputa entre la ciencia de la tradición
aristotélica con la tradición galileana cobró auge en el siglo XIX con la
Revolución Industrial hecho precedido por el triunfo de la burguesía como clase
dominante en la Revolución francesa, siendo en el positivismo, la
materialización de la ciencia burguesa y en psicología, el conductismo[6] el
modelo más acabado y dominante en la sociedad occidental. El positivismo viene
a ser el exponente de la iniciación del régimen capitalista implantado por la
burguesía[7].
Con el surgimiento de la nueva ciencia como la heredera y continuadora de
carácter científico, el positivismo, en su intento por dominar la naturaleza.
Corriente representante de la postura epistemológica empírico-analítica.
La “nueva ciencia”
que reemplaza a la aristotélica va a considerar como explicación científica de
un hecho, aquella que venga formulada en términos de leyes que relacionen
fenómenos determinados numéricamente, es decir, matemáticamente. Tales
explicaciones tomarán las formas de hipótesis causales. Pero causal va a tener
aquí una connotación funcional una perspectiva mecanicista[8].
La corriente positivista queda reducida a los cuatro
cánones formulados por Comte:
1. El monismo
metodológico. Unidad de método y homogeneidad. 2. El modelo o canon de las
ciencias naturales exactas. Este baremo lo constituía la ciencia Físico-Matemática. 3. La explicación casual o Erklären como
característica de la explicación científica. 4. El interés dominador del
conocimiento positivista. El control y dominio de la naturaleza constituye el
objetivo de dicho interés[9].
Las explicaciones científicas son, por consiguiente,
causalistas, aunque sea en un sentido muy amplio. La amenaza que le ronda es
cosificar, reducir a objeto todo, hasta al sujeto mismo. La postura empírico
analítica se reduce a una visión utilitarista, aspira a la formalización de
juicios matemáticos, la matematización. La separación sujeto del objeto.
Mediante la matematización cayendo en la predicción
y dominación del sujeto y la naturaleza haciendo la separación del sujeto con
su objeto cada vez más marcado.
En la postura empírico-analítica se intenta hacer
pasar al científico como objetivo y neutral, pero esto es totalmente su
opuesto, aquí la ciencia destierra al sujeto. Al científico no le interesa el
reflexionar sobre el “progreso” con su invento, sin importar que su invento
dañe a la naturaleza, dañe al sujeto mismo, es decir el científico no ve las
consecuencias sociales del “progreso”. Marcuse llamaría a la destrucción el
precio del progreso.
2. Conductismo
como instrumento de control
El principio fundamental del conductismo es el
condicionamiento operante, término desarrollado por Skinner.
A continuación se desarrollará puntos que se
consideran fundamentales para entender la teoría conductual. Los postulados de
Skinner serán expuestos a partir de la postura crítico-dialéctica.
Se comenzará por la definición de Skinner de ciencia
y cómo su metodología de hacer de investigación:
El objeto (de mi
investigación dice Skinner) ha sido descubrir las relaciones funcionales que
prevalecen entre los aspectos mesurables de la conducta y las variadas
condiciones y eventos en la vida del organismo. El éxito de tal empresa estará
dado en la medida en que pueda predecirse y controlarse como resultado de las
relaciones descubiertas […] si hemos alcanzado un adecuado entendimiento
científico del hombre, deberíamos de ser capaces de probar esto en el control y
predicción de su conducta[10].
No
sólo Marx debatió en su momento contra aquellos que refutan al materialismo.
Tanto Adorno y Horkheimer rechazaron la sistematización metafísica o el
empirismo anatómico, por una ciencia social dialéctica y reivindicar el derecho
del observador a ir más allá de los datos de la experiencia[11].
Pues a la sistematización la veían utilitaria, criticando fuertemente al
positivismo, pues en éste es el destierre de la reflexión, a la teoría se le
considera ya acabada, por lo que el científico sólo debe de agrupar/clasificar.
Así como la separación entre sujeto del objeto, la teoría tradicional se nos
presenta una sociedad sin antagonismos, se presenta como una sociedad armónica,
se centra en la predicción de fenómenos, a lo que Adorno y Horkheimer comentan
se podría basar en la predicción, sólo si se viviera en la libertad, pero no en
la sociedad capitalista[12]. El número se ha convertido en el canon
de la Ilustración.
Veamos lo que Braunstein dice respecto del
significado del conductismo en relación a la psicología precedente:
Cambió de objeto: de
los objetos mentales a la conducta, cambió de método: de la introspección a la
experimentación “objetiva”. Cambió de objetivo: de la descripción a la
predicción y el control. Cambió de límites del campo: de lo humano como
distinto y separado de lo animal a lo humano como parte de lo animal y sin
“ninguna línea divisoria entre el hombre y el bruto”. Y, finalmente cambió de
estatus de los psicólogos: de pensadores dedicados a la especulación en el
aislamiento de las universidades a técnicos solicitados en todas partes para
que den su opinión y consejo acerca de las mejores maneras de predecir y
controlar lo que hará la gente entendiendo, según ya se dijo, que no hay límite
ni diferencia cualitativa que permita distinguir entre la gente y las bestias[13].
A la psicología desde el conductismo se le ha
llevado a formar partes de las llamadas ciencias naturales, dejando a la suerte
al psicoanálisis, la psicología social, por considerarlas como charlatanería,
la ciencia según el conductismo no ha de enfocarse a lo inconsciente, sino sólo
aquello que puede ser medido.
El que el conductismo se halla impuesto en la
Psicología, diría Marx; la clase que controla material, controla también los
medios de producción intelectual, de tal manera, que en general las ideas de
los que disponen de los medios de
producción intelectual, son sometidas a las ideas de la clase dominante[14].
Así mismo Mardones y Ursua haciendo una paráfrasis de Marx, comentan lo
siguiente:
Marx mantuvo una
tensión dialéctica entre el dominio de la naturaleza, el conocimiento técnico y
el interés de dominio y control, con la interacción que se desarrolla por medio
del lenguaje y cristaliza en instituciones, la reflexión crítica que pone en
evidencia la manera en cómo se enmascaran las diferencias en la distribución de
lo producido y la tensión hacia una sociedad emancipada y justa implica una
interpretación del hombre y la historia[15].
Los modos de producción para su mantenimiento
requieren dos condiciones fundamentales, la reproducción material primeramente
acompañada con la reproducción ideológica. La burguesía como clase dominante ha
venido renovando teorías que intenten sustentar su dominio en cada una de las
áreas de la sociedad. El conductismo intentan hacer pasar una sociedad
armoniosa, una sociedad sin antagonismos sociales, intentan aislar a los
sujetos, para mantenerlos pasivos ante los embates del capital.
La “adaptación” es, sin duda, la incorporación de
los sistemas de conducta que la estructura social ha creado en el sujeto a lo
largo de su proceso formativo[16].
Para Skinner la conducta del sujeto está determinado (es decir que no es
fortuita) es aceptar que está controlada, independientemente de que
reconozcamos correctamente o no las
fuentes de control[17].
Es en la producción
social de su vida, entran en relaciones definidas que son indispensables e
indiferentes a su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un
estado de desarrollo determinado y a sus fuerzas materiales de producción. La
suma total de estas relaciones sociales de producción constituyen la estructura
económica de la sociedad, la base verdadera de la cual surge una
superestructura legal y política y a la cual corresponden formas determinadas
de conciencia social. El modo de producción condiciona la vida material
condiciona el proceso vital social, político, intelectual en general. No es la
conciencia de los hombres la que determinó su conciencia, sino, al contrario,
su existencia social la que determinó su conciencia[18].
Ciertamente,
el materialismo reconoce que los sujetos están determinados al momento de nacer
por relaciones sociales independientes de su voluntad, pero a diferencia del
conductismo, confiere al sujeto la capacidad de transformar las condiciones en
que vive. Es decir, concibe a los sujetos como constructores de su propia
historia a partir de su actividad productiva y política que se expresa en
continuas luchas de clases.
Los sujetos están determinados al momento de nacer
por relaciones sociales independientes de su voluntad. La diferencia marcada
del materialismo histórico respecto al conductismo es que si bien el sujeto
contrae relaciones independiente a su voluntad, el desarrollo de la historia,
el sujeto no es un pasivo, sino es el sujeto
quien construye su historia, el desarrollo de la misma sociedad no de
manera lineal ni es estática, sino de manera dialéctica.
La psicología tal como la ve el conductista, es una
rama puramente objetiva y experimental de la ciencia natural. Su meta teórica
es la predicción y el control de la conducta[19].
La psicología académica es utilitarista y la utilidad que procura es la
indicada por las relaciones sociales de producción bajo el capital
y que se expresa como una perenne tendencia a procurar la adaptación del sujeto
a las exigencias del orden económico, político y social imperante. Las teorías sociales
que se ubican en la postura
empírico-analítica como ciencia de la burguesía, reproduce la idea de una
continuación y vigencia del capitalismo, un modo de producción que ha frenado
el desarrollo de las fuerzas productivas llevando a la humanidad a la
continuación y prolongación de la barbarie.
La tecnología se ha convertido en el gran vehículo
de la reificación: la reificación más efectiva[20].
Con la racionalidad tecnológica se niega la legitimidad de la dominación en el
horizonte instrumentalista de la razón[21].
Como la sociedad bajo el capitalismo está encaminada a producir, sólo lo
verificable, no el cuestionamiento, ya que la ciencia y la tecnología se han
convertido en la legitimación de los fines de la sociedad industrial. La
producción de la vida material misma está encaminada a la explotación del
hombre por el hombre.
La postura empírico-analítica en el conductismo
velan en sus postulados es, qué está específicamente unido a los intereses de la clase dominante en lo que se enseña,
qué es o puede ser útil a los intereses de los opresores o corresponde a la
naturaleza de los hombres en este momento de su historia[22].
En el conductismo se velan las contradicciones sociales, los antagonismos entre
los unos y los otros.
En nombre de la racionalidad las llamadas a sí
mismas como las únicas ciencias de carácter científico ocultan el dominio
político. En el capitalismo el dominio tiende a velarse su carácter explotador
y opresor intentando tornarse como racional.
En
su artículo ¿Son necesarias las teorías del
aprendizaje? Skinner describió las clases de teorías que él rechazaba como
cualquier explicación de un hecho observado, que se basa en acontecimientos que
se den en otra parte, a otro nivel de observación, descritos en otros términos
y medidos, si lo son, en diferentes dimensiones[23].
Skinner parte de aquello que es objetivo, que se puede ser medido y
cuantificado.
El
materialismo histórico parte de las condiciones materiales existentes, estudia
la relación del hombre con la naturaleza (no separados). En lo referente a la
concepción conductista de la sociedad la cual la presentan como una sociedad
armónica, Horkheimer les asesta un golpe parcial al reivindicar el papel de la
teoría crítica diciendo la sociedad se divide en clases, lo que se pretende es
legitimizar el conocimiento, sobre el dominio, dando como resultado los
antagonismo sociales[24].
Así como el mencionar qué es el comportamiento crítico, es luchar contra la
dejadez, contra el fatalismo, esa sociedad inamovible, mantener una postura
todo el tiempo con las condiciones materiales.
Pese
a su intento por seguir en su camino “crítico” los intelectuales de la llamada
Teoría Crítica, se quedan limitados, la crítica la reducen a discusiones entre
estos o aquellos teóricos de una u otra postura epistemológica. La dejadez, el
fatalismo en los intelectuales de la Teoría Crítica contra dicen luchar, en
realidad, dichos intelectuales siguen apostando por la vigencia del
capitalismo.
¿Cómo el hombre ha pasado de la idea la libertad, ha
hecho todo lo contrario? Concentrándose principalmente en esta cuestión,
comprender por qué la humanidad en lugar de entrar a un estado verdaderamente
humano, se hunde en un género de barbarie. Por qué en la medida en que aumenta el potencial
material, es la disminución del pensar teórico. Cuestiones que han intentado
dar respuesta los miembros del Instituto de Frankfurt, tan sólo se ha quedado
en intento. La Ilustración fue la ruptura con los mitos, con las explicaciones
teológicas para llegar a la libertad. Pero eso no pasó, la Ilustración ha caído
en una mitología sobre la idea de la libertad, pues la Ilustración trajo nuevas
cadenas, éstas ligadas a la ciencia empírica y a la ciencia occidental.
El criterio último
para la validez de un concepto no es si dos personas están de acuerdo en su significado,
sino si los científicos que emplean el concepto pueden operar exitosamente
sobre su materia. Lo que importaba a Robinson Crusoe no era si estaba de
acuerdo consigo mismo, sino si estaba logrando algo en el control sobre la
naturaleza[25].
Se regocija en el avance de la ciencia y la
tecnología, a pesar de ese “avance” este el dominio de la naturaleza y del
hombre mismo, haciendo pasar como si la ciencia fuera neutra, pero lo que se
hace es una orientación política del conocimiento. La doctrina de Marx suscita
en todo el mundo civilizado la mayor hostilidad y el mayor odio de toda la
ciencia burguesa (tanto la oficial ocmo la liberal), que ve en el marxismo algo
así como una “secta nefasta”. Y no puede esperarse otra cosa, pues en una
sociedad erigida sobre la lucha de clases no puede haber una ciencia imparcial[26]. Ya
que la sociedad sólo está encaminada a producir sólo lo verificable, más no el
cuestionamiento, pues la ciencia y la tecnología se ha convertido en la
legitimación de los fines de la sociedad capitalista. Por lo que el crecimiento
en la conquista tecnológica de la naturaleza crece la conquista del hombre por
el hombre.
Marcuse menciona que en sociedades industriales como
él las llama, “la matematización se ha convertido en dominación y predicción
del hombre y la naturaleza, haciendo una separación el sujeto del objeto,
debido a que se presenta al científico como objetivo y neutral, pero es
totalmente lo contrario[27].
En la ciencia positivista se pierde de
vista las consecuencias de la construcción del “progreso”, pues, la destrucción
es el precio para la construcción. Así la
racionalidad tecnológica
implantada en una sociedad que se concibe para la producción de lo
verificable, no el cuestionamiento, ya que la ciencia y la tecnología se ha
convertido en la legitimación de los fines de la sociedad bajo el capitalismo.
Fines que conllevan la explotación del hombre por el hombre.
De
tal forma que en las sociedades capitalistas avanzadas el dominio tiende a
mudar su carácter explotador y opresor bajo las formas de la racionalidad
técnica. Una racionalidad que se encaja y se reduce a la ignorancia, la
brutalidad, la destrucción y la opresión del género humano.
La
forma más efectiva y duradera de la guerra contra la liberación es la
implantación de necesidades intelectuales que perpetuán formas adecuadas de la
lucha por la existencia[28].
El conductismo en su llamado condicionamiento operante crean al sujeto
necesidades terciarias las convierten en necesidades primarias[29]
con categorías que aparentan una reivindicación de la realización humana, tales
como: motivación y satisfacción con las cuales se destierra del sujeto su
capacidad de crítica y reflexión sobre sus intereses materiales y subjetivos, o
en el mejor de los casos, crítica y reflexión se reducen a “la solución de
problemas técnicos” asociados a la eficacia, la eficiencia y la productividad.
3. La
alternativa a su concepto de ciencia, el materialismo histórico
Ante los embates del capital así como de sus
múltiples teorías que le intentan seguir defendiendo. Los gloriosos
intelectuales de la Teoría Crítica siguen intentando volver al capitalismo
humano, siguen “luchando” arduamente con sus libros, con sus debates, con sus
Coloquios, etc. para combatir a la intelectualidad que los críticos les llaman
reaccionarios, concepto que la Teoría Crítica entra sin problemas.
La solución que verían los representantes de la
primera generación de la Escuela de Frankfurt fue el ya no ver el cambio social
como lo pensó Marx, por medio de la revolución socialista, sino a través de la
misma ilustración, por la razón. Le apuestan a la construcción de una sociedad
basada en la razón (de emancipación), pero no en la razón instrumental del dominio,
sino recuperar la esencia del individuo. Encontrando “una salida” en la
“aporía” una crítica a la Ilustración, rescatar a la Ilustración de sus
cadenas. Sin embargo, no les ha alcanzado a sus brillantes categorías
rimbombantes como su “acción comunicativa”. La Teoría Crítica no explica la
raíz fundamental de poder dar respuesta la básica de la economía burguesa, la
cual reposa en antagonismos externos como internos, los renueva en un periodo
de asenso, de desarrollo de fuerzas humanas, de emancipación del individuo tras
una fabulosa expansión del hombre sobre la naturaleza, termina impidiendo la
continuación de ese desarrollo.
Una de las enseñanzas cruciales para entender el
materialismo histórico, es que no hay leyes eternas, pues la sociedad es dinámica
y contradictoria. Es por ello la crítica despiadada de Marx hacia las relaciones de producción capitalistas,
las cuales decían que esas leyes son eternas. Entonces dónde queda el sujeto
como constructor de la sociedad. Estas son primicias para entender el
marxismo-leninismo, como el mismo Lenin lo desarrolla en un folleto titulado
“cartas sobre táctica”[30]
del cual podemos extraer los viejos bolcheviques, que ya más de una vez
desempeñaron un papel en la historia de nuestra Partido, repitiendo sin sentido
una fórmula aprendida de memoria, en lugar de estudiar las peculiaridades de la
nueva y viva realidad. Es por ello que es necesario asimilar la verdad
indiscutible de que un marxista debe de tener en cuenta la vida real, los
hechos exactos de la realidad, y no seguir aferrándose a la teoría del ayer,
que, como toda teoría, en el mejor de los casos, sólo lo traza lo fundamental,
lo general, sólo abarca de un modo aproximado la complejidad de la vida.
Continuó Lenin.
Teniendo en cuenta en todo momento la vida real, las
relaciones entre los hombres y no relaciones entre mercancías que se producen
en el capitalismo. Así, por ejemplo, es necesario develar para la ciencia positivista ya no hay cabida para
la teoría, pues la manejan a la teoría como alga ya acabado, sin embargo es
necesario teorizar. Así las “nuevas” formas de explotación que no se ven se
vuelven racionales, los empiristas dejan lo establecido. Los hombres han sido
siempre en política víctimas necias del engaño de los demás y del engaño
propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas
las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales,
los intereses de una u otra clase[31]. Si
bien es cierto, que es sabida la
explotación del hombre por el hombre y sobre la naturaleza, no por eso se va
dejar de insistir en ello. La tarea no ha de ser contemplar el mundo, sino su
transformación.
Si,
como ya denunciaba Marx, el sujeto se ha venido enajenando en el mismo proceso
de trabajo, que se suponía era el que humanizaba, pues el trabajo deja de ser
visto como elemento de realización humana para convertirse en simple medio para
la subsistencia, lo cual lleva a una deshumanización, la cual se acrecienta en
la medida en que aumenta el potencial material y, al mismo tiempo, disminuye el
pensar teórico, a pesar de que ese incremento material sea producto del cerebro
humano. Así, el desarrollo de las fuerzas productivas incrementa la enajenación
del sujeto y lleva a la imposición de necesidades terciarias como necesidades
primarias.
El sujeto se ha venido enajenando en su antítesis
del trabajo como el proceso en el cual el hombre se humaniza, esto es debido a
que en el capitalismo el hombre en el trabajo se deshumaniza. En la medida en
que aumenta el potencial material, es la disminución del pensar teórico, a
pesar de que ese incremento material sea producto del cerebro humano.
En el capitalismo menciona Marcuse:
los controles
sociales exigen la abrumadora necesidad de producir y consumir el despilfarro;
la necesidad de un trabajo embrutecedor cuando ha dejado de ser una verdadera
necesidad; la necesidad de modos de descanso que la alivian y prolongan ese
embrutecimiento; la necesidad de mantener libertades engañosas tales como la
libre competencia a precios políticos, una prensa libre que se autocensura, una
elección libre entre marcas y gadgets[32].
Bajo el capitalismo, el género humano ha perdido la
naturaleza humana, el enajenamiento ha polarizado cada una de las áreas de la
estructura social, la agudización de las contradicciones materiales ha venido
frenando el desarrollo de las fuerzas productivas y en contraposición el
aumento de la barbarie.
La ciencia tiene que ir dirigida para un
progreso social, un progreso colectivo, un progreso social, más no como en el
capitalismo, un progreso sin importar las consecuencias del supuesto progreso
positivista. La ciencia tiene que estar encaminada a la solución de las contradicciones
materiales existentes, contradicciones entre explotados y explotadores. Dicha
ciencia choca con los intereses del capital, el materialismo histórico según
cuentan los que se hacen llamar como herederos del carácter científico de la
ciencia, el materialismo histórico no es ciencia, sino teoría. Por su parte el conductismo sigue
manteniendo carácter predominante en la Psicología, orientando
a ésta al modelo de las ciencias naturales, el conductismo como rector de lo
qué es ciencia y de lo que no es dado que se asume capaz de manipular la
conducta humana.
De
ese modo, el orgullo de las ciencias empírico-analíticas, del conductismo,
presume una eliminación de las contradicciones materiales existentes al
producir una concepción de sociedad armónica donde los conflictos sociales se
reducen a una visión individualista de un sujeto guiado por motivaciones y la
búsqueda de satisfacción; esta concepción teórica se devela como falsa
conciencia, como ideología, ya que suprime los conflictos reales o los disimula,
legitimando las situaciones de desigualdad como si fueran puramente cuestiones
técnicas de organización y adaptación que pueden resolverse mediante el
condicionamiento, versión psicológica de la socialización y anomia
durkheimianas que muestran cómo un conocimiento que se presenta como científico
queda ceñido a la justificación de un orden social injusto: al comprender este
sentido de las teorías empírico-analíticas, se abren las puertas para
reivindicar como alternativas el materialismo histórico.
Las contradicciones materiales existentes han de ser
eliminados en la práctica revolucionaria a través de una ciencia que devele la
falsa conciencia que se mantiene sobre los sujetos en el capital, una ciencia
que indague en la raíz del problema, ahí donde la “ciencia” conductista diría
que es metafísica, hacer abstracción del fenómeno a estudiar, no predecir ni
controlar, sino transformar la realidad material existente. Esta ciencia ha de
ser el materialismo histórico.
En el materialismo histórico el mundo
está en movimiento continuo de transformaciones, comprende el cambio de la
sociedad y considera los modos de producción no son para siempre, son producto
de la superación de lo viejo y lo nuevo, es precisamente el carácter
revolucionario del materialismo histórico. En cambio, el conductismo niega por
completo toda superación ulterior, rechaza todo intento por indagar su
transformación material. La concepción conductista del mundo se
limita al relato de los hechos observados, excluyendo toda explicación sobre ello
orientado a la supresión de las violencias a las que se encuentran sometidos
los sujetos, no sólo materialmente, sino por la misma unilateralización del
pensamiento en lo técnico e instrumental.
El
fracaso de los utopistas, incluyendo
entre ellos los populistas, los anarquistas y los socialrevolucionarios, se
explica, entre otras razones, porque no reconocían la importancia primordial de
las condiciones de vida material de la sociedad en cuanto al desarrollo de
ésta, y, cayendo en el idealismo, erigían su actuación práctica, no sobre las
exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, sino,
independientemente de ellas y en contra de ellas, sobre "planes
ideales" y "proyectos universales", desligados de la vida real
de la sociedad.
La
fuerza y la vitalidad del marxismo-leninismo estriban precisamente en que toma
como base para su actuación práctica las exigencias del desarrollo de la vida
material de la sociedad, sin desligarse jamás de la vida real de ésta[33].
El estudio del materialismo histórico no tiene
fuerza en la divinidad, sino en un análisis minucioso
del desarrollo de las sociedades, estudio del cual Marx enseñó que la base de todo el desarrollo y
fuerza motriz de la historia es la lucha de clases.
Así desde el marxismo-leninismo la única forma para
llegar a la transformación social, es a través de la Revolución Socialista. Por
eso, proletarios, campesinos pobres, estudiantes, profesores, desocupados,
jóvenes, de todo el mundo uníos, pues las clases dominantes pueden temblar ante
una revolución comunista. Los proletarios, no tienen nada que perder en ella,
más que sus cadenas. Tienen en cambio, un mundo que ganar[34].
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[10
de enero de 2012]
[1] Se
va a entender por ideología un instrumento para la reproducción de las
condiciones materiales existentes y asegurar la cohesión de los hombres al modo
de producción. “adelantamos al idea que la ideología se realiza en
instituciones, en sus rituales y prácticas, en los A.I.E”. Véase Althusser, L.
“La filosofía como arma de la revolución”. D.F, México, Siglo XXI, 1981, p.
140.
[2]
Marx, C. y Engels, F. “La ideología alemana”. D.F, Ediciones de Cultura
Popular, 1979. p. 25.
[3]
Se designo el nombre de aparatos ideológicos de Estado de acuerdo con
Althusser, L. “La filosofía como arma de la revolución”. D.F, México, Siglo
XXI, 1981, p. 137.
[4]
Ibíd. p. 117.
[5]
Cfr. Aamodt, Michael, Lourdes Reyes Ponce y Rita Catillo Contreras. Psicología industrial / organizacional.
Cengage Learning Editores, 2010; Rodríguez Fernández, Andrés (Coord). Psicología de las organizaciones. Barcelona,
Editorial UOC, 2004; Rüssel, Arnulf y Alfonso Álvarez Villar. Psicología del Trabajo. Madrid, Morata,
1976, p. 19.
[6]
Término que se desarrollará a partir del punto del presente ensayo.
[7]Véase: Eli de Gortari. “Ciencia positivista,
política “científica” en Reflexiones históricas y filosóficas de México. D.F,
México, Grijalbo, 1980, p. 77.
[8]
Véase: Comte en Mardones y N. Ursua. “Filosofía de las ciencias humanas”. D,F.
México, Ediciones Coyoacán, 2003, p. 17.
[9]
Ibíd. p. 19-20.
[10]
Véase: Skinner en: http://www.conducta.org/articulos/delprato-skinner.htm
[11] Martin,
J. “La imaginación dialéctica. Una historia de la Escuela de Frankfurt”, Buenos
Aires, 1991, p. 93.
[12]Max
Horkheimer “Teoría Crítica”. Buenos aires, Argentina, Editorial Amorrurto,
1998, p. 257.
[13]
Véase: Néstor, B., Pasternac, M. Benedito, G. Saal, F. “Psicología: ideología y
ciencia”. D, F. México, Siglo XXI, p. 37.
[14]
Véase: Marx y Engels. “La ideología alemana”, D, f. México, Ediciones de
Cultura Popular, 1979, p. 78.
[15]
Véase: Mardones y N. Ursua. “Filosofía de las ciencias humanas”. D,F. México, Ediciones
Coyoacán, 2003, p. 195.
[16]
Véase: Néstor, B., Pasternac, M. Benedito, G. Saal, F. “Psicología: ideología y
ciencia”. D, F. México, Siglo XXI, p. 71.
[17]
Véase: Skinner en: http://www.conducta.org/articulos/delprato-skinner.htm
[18]
Véase: Marx, C. “Introducción general a la crítica de la economía política
(1857)”. D.F, México, Ed. Cuadernos de pasado y presente, 1977, p. 34.
[19]
Véase: Watson en Ibíd. p. 37.
[20]
Véase: Herbert Marcuse. “El hombre unidimensional”. España, Editorial Ariel,
2004, p. 196.
[21]
Ibíd. p. 186.
[22]
Véase: Bourdieu y Passeron. “La reproducción: elementos para una teoría de la
enseñanza”. , D.F, México, Fontamara,
2005, p. 75.
[23]
Véase: Skinner en: http://www.conducta.org/articulos/delprato-skinner.htm
[24]
Ibíd.
[25]
Véase: Skinner en: http://www.conducta.org/articulos/delprato-skinner.htm
[26] Véase: Lenin, V.I. “Tres fuentes y
tres partes integrantes del marxismo” en Tomo I Obras Escogidas en III Tomos,
Moscú, Progreso, 1961, p. 61.
[27]
Véase: Herbert Marcuse. “El hombre unidimensional”. España, Editorial Ariel,
2004, p. 196.
[28]
Ibíd. p. 34.
[29]
Cuando referimos a necesidades terciarias son aquellas que a través de los
medios de comunicación principalmente la televisión, han hecho que un celular,
un bolso, unos zapatos, un artista de música se conviertan en necesidades de
orden básico en lugar del comer, vestir, éstas últimas los hechos históricos
que refieren Marx y Engels en la
Ideología Alemana. Marx y Engels. “La ideología alemana”, D, f. México, Ediciones
de Cultura Popular, 1979, pp. 22-23.
[30]
Véase: V.I Lenin “Cartas sobre táctica” en Marx, Engels y marxismo Ediciones de
lengua extranjera Pekín, 1965. Pp. 422.
[31] Véase: Lenin, V.I. “Tres fuentes y
tres partes integrantes del marxismo” en Tomo I Obras Escogidas en III Tomos,
Moscú, Progreso, 1961, p. 65.
[32]
Véase: Herbert Marcuse. “El hombre unidimensional”. España, Editorial Ariel,
2004, p. 37.
[33] Véase: Stalin, J. “Sobre el Materialismo
histórico y el Materialismo Dialéctico” en ¿Anarquismo o socialismo? D.F,
México, Grijalbo, 1972, p. 115.
[34]
Véase: Carlos Marx y Federico Engels. “Manifiesto del Partido Comunista”. D.F. México, Editores Mexicanos Unidos, 2003. p.
107.
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