MARXISMO LENINISMO

jueves, 13 de febrero de 2014

EL CONDUCTISMO COMO INSTRUMENTO DEL CAPITAL



EL CONDUCTISMO COMO INSTRUMENTO DEL CAPITAL
                                                                                                                                   Profesor Jonathan

Introducción
Hablar del conductismo es referir un modo de elaboración del conocimiento social bajo los principios epistemológicos empírico-analíticos. También se puede advertir que, desde sus inicios, el conductismo ha sido criticado por diferentes posturas epistemológicas, en cuanto a su método y los fines que persigue. En el presente trabajo se expondrá la forma en que el conductismo, a través del condicionamiento operante, ha servido al capitalismo promoviendo un tipo de conocimiento donde la lucha de clases es desplazada por un discurso que privilegia la inserción de los sujetos en determinadas funciones o tareas preestablecidas en la estructura social.
No se expondrá en este apartado los fines que los autores perseguían al elaborar su teoría, únicamente se expondrá cómo la burguesía ha hecho del conductismo un instrumento de dominación para exacerbar la explotación del hombre por el hombre, apoyándonos para este fin de la postura epistemológica critico-dialéctica.
Es Marx quien empieza a develar cómo, a través de la explotación del hombre por el hombre mismo se agudizan las contradicciones materiales existentes entre los unos y otros; entre burgueses y proletarios los aspectos de producción e intercambio, de ideología[1], justamente, el desarrollo del modo de producción capitalista conlleva una agudización de la lucha de clases y, al mismo tiempo, formas distintas –en el terreno ideológico– de legitimar los procesos de explotación y el dominio la burguesía en el poder.
Es en este modo de producción capitalista donde los hombres deben satisfacer sus necesidades a través de un proceso: mediante la circulación y cambio de mercancías y, sólo después pueden pensar en hacer ciencia, tecnología, instituciones, etc. Para satisfacer sus necesidades en esta sociedad industrializada, el sujeto tiene que trabajar con unos salarios que solo le permiten subsistir, pero la misma organización de la producción y de la satisfacción de necesidades, conlleva todo un proceso de enajenación, a pesar de que:
Podemos distinguir al hombre por la conciencia, por la religión, y por todo lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia, de los animales en el momento en que comienza a producir sus medios de existencia, paso adelante determinado por su propia constitución física. Dedicándose a la  producción de estos medios de existencia, los hombres edifican indirectamente su propia vida material[2].
Así, organización de la producción y satisfacción de necesidades se le presentan a la gran masa de la población, a los trabajadores, como algo que no les pertenece; de allí que la burguesía, para garantizar el control sobre la producción de la vida material, se va apoyar de los aparatos ideológicos[3] para mantener el orden social existente; los aparatos ideológicos tienen la función de reproducir la ideología dominante y, por tanto, de conformar sujetos adheridos al orden social vigente, por eso se distinguen de los aparatos represores de estado como son: el ejército la policía, las cárceles, etc. Estos aparatos coadyuvan a la reproducción de la ideología dominante y son la columna de la burguesía, pues no sólo reprimen sino que elaboran y difunden la ideología dominante mediante la cual los sujetos quedan atados material e ideológicamente, es decir, tienen a impedir, en determinado momento, que los sujetos adquieran conciencia de las contradicciones a las que se encuentran sometidos y, por tanto, diluyen las posibilidades de emancipación; es decir: los aparatos ideológicos tienen la función de alienar al sujeto para que sea productivo y para ello el conductismo se ha convertido en un instrumento eficaz para predecir, controlar y manipular al sujeto, para que trabaje, consuma y reproduzca el orden existente: de ese modo vemos cómo se elabora un conocimiento estrechamente vinculado al poder, al mantenimiento del orden social vigente, al capitalismo.
En otras palabras, la escuela (pero también otras instituciones del estado, como la iglesia, u otros aparatos, como el ejército) enseña ciertos tipos de "saber hacer", pero de manera que aseguren el sometimiento a la ideología dominante o el dominio de su "práctica"[4]. 
En tal sentido, el conductismo ha penetrado en los aparatos ideológicos como la escuela, los hospitales psiquiátricos y la prensa como teorías que guían el aprendizaje eficaz, que dictaminan la salud o enfermedad mental de los sujetos, o bien que modelan opiniones y comportamientos políticos; lo mismo que, en el ámbito laboral, el conductismo se ha ocupado de la conducta humana dentro de las empresas con la finalidad de producir cambios en el rendimiento de los trabajadores y en la organización empresarial con fines de mejoras en la eficacia y la productividad, donde las temáticas se anudan en torno la determinación de puestos, perfiles de empleo, evaluación del desempeño, satisfacción laboral, motivación y liderazgo; o bien, refieren una psicología del trabajo, o laboral, como ciencia aplicada, preocupada por determinar situaciones en que los trabajadores sean ubicados “según sus aptitudes y para que el esfuerzo laboral no contradiga las exigencias y normas del trato humano y conceda un alto grado de satisfacción”[5]: un mundo feliz sin explotación, pues todo se reduce ajustes del sujeto respecto a un determinado puesto, a su motivación y satisfacción.
Es en esos aspectos donde el conductismo se revela como una ideología, con pretensiones científicas, acorde a las exigencias de alienación de los sujetos a la estructura social y económica capitalista. Para poder cuestionar, entonces, al conductismo como instrumento del capitalismo, se tiene que proceder construyendo una alternativa para el estudio no sólo del sujeto sino de la misma sociedad, ello es posible desde el materialismo histórico.

1. fundamentación epistemológica
La disputa entre la ciencia de la tradición aristotélica con la tradición galileana cobró auge en el siglo XIX con la Revolución Industrial hecho precedido por el triunfo de la burguesía como clase dominante en la Revolución francesa, siendo en el positivismo, la materialización de la ciencia burguesa y en psicología, el conductismo[6] el modelo más acabado y dominante en la sociedad occidental. El positivismo viene a ser el exponente de la iniciación del régimen capitalista implantado por la burguesía[7]. Con el surgimiento de la nueva ciencia como la heredera y continuadora de carácter científico, el positivismo, en su intento por dominar la naturaleza. Corriente representante de la postura epistemológica empírico-analítica.
La “nueva ciencia” que reemplaza a la aristotélica va a considerar como explicación científica de un hecho, aquella que venga formulada en términos de leyes que relacionen fenómenos determinados numéricamente, es decir, matemáticamente. Tales explicaciones tomarán las formas de hipótesis causales. Pero causal va a tener aquí una connotación funcional una perspectiva mecanicista[8].
La corriente positivista queda reducida a los cuatro cánones formulados por Comte:
1. El monismo metodológico. Unidad de método y homogeneidad. 2. El modelo o canon de las ciencias naturales exactas. Este baremo lo constituía la ciencia Físico-Matemática.  3. La explicación casual o Erklären como característica de la explicación científica. 4. El interés dominador del conocimiento positivista. El control y dominio de la naturaleza constituye el objetivo de dicho interés[9].
Las explicaciones científicas son, por consiguiente, causalistas, aunque sea en un sentido muy amplio. La amenaza que le ronda es cosificar, reducir a objeto todo, hasta al sujeto mismo. La postura empírico analítica se reduce a una visión utilitarista, aspira a la formalización de juicios matemáticos, la matematización. La separación sujeto del objeto.
Mediante la matematización cayendo en la predicción y dominación del sujeto y la naturaleza haciendo la separación del sujeto con su objeto cada vez más marcado.
En la postura empírico-analítica se intenta hacer pasar al científico como objetivo y neutral, pero esto es totalmente su opuesto, aquí la ciencia destierra al sujeto. Al científico no le interesa el reflexionar sobre el “progreso” con su invento, sin importar que su invento dañe a la naturaleza, dañe al sujeto mismo, es decir el científico no ve las consecuencias sociales del “progreso”. Marcuse llamaría a la destrucción el precio del progreso. 

2. Conductismo como instrumento de control
El principio fundamental del conductismo es el condicionamiento operante, término desarrollado por Skinner.
A continuación se desarrollará puntos que se consideran fundamentales para entender la teoría conductual. Los postulados de Skinner serán expuestos a partir de la postura crítico-dialéctica.
Se comenzará por la definición de Skinner de ciencia y cómo su metodología de hacer de investigación:
El objeto (de mi investigación dice Skinner) ha sido descubrir las relaciones funcionales que prevalecen entre los aspectos mesurables de la conducta y las variadas condiciones y eventos en la vida del organismo. El éxito de tal empresa estará dado en la medida en que pueda predecirse y controlarse como resultado de las relaciones descubiertas […] si hemos alcanzado un adecuado entendimiento científico del hombre, deberíamos de ser capaces de probar esto en el control y predicción de su conducta[10].
No sólo Marx debatió en su momento contra aquellos que refutan al materialismo. Tanto Adorno y Horkheimer rechazaron la sistematización metafísica o el empirismo anatómico, por una ciencia social dialéctica y reivindicar el derecho del observador a ir más allá de los datos de la experiencia[11]. Pues a la sistematización la veían utilitaria, criticando fuertemente al positivismo, pues en éste es el destierre de la reflexión, a la teoría se le considera ya acabada, por lo que el científico sólo debe de agrupar/clasificar. Así como la separación entre sujeto del objeto, la teoría tradicional se nos presenta una sociedad sin antagonismos, se presenta como una sociedad armónica, se centra en la predicción de fenómenos, a lo que Adorno y Horkheimer comentan se podría basar en la predicción, sólo si se viviera en la libertad, pero no en la sociedad capitalista[12]. El número se ha convertido en el canon de la Ilustración.
Veamos lo que Braunstein dice respecto del significado del conductismo en relación a la psicología precedente:
Cambió de objeto: de los objetos mentales a la conducta, cambió de método: de la introspección a la experimentación “objetiva”. Cambió de objetivo: de la descripción a la predicción y el control. Cambió de límites del campo: de lo humano como distinto y separado de lo animal a lo humano como parte de lo animal y sin “ninguna línea divisoria entre el hombre y el bruto”. Y, finalmente cambió de estatus de los psicólogos: de pensadores dedicados a la especulación en el aislamiento de las universidades a técnicos solicitados en todas partes para que den su opinión y consejo acerca de las mejores maneras de predecir y controlar lo que hará la gente entendiendo, según ya se dijo, que no hay límite ni diferencia cualitativa que permita distinguir entre la gente y las bestias[13].

A la psicología desde el conductismo se le ha llevado a formar partes de las llamadas ciencias naturales, dejando a la suerte al psicoanálisis, la psicología social, por considerarlas como charlatanería, la ciencia según el conductismo no ha de enfocarse a lo inconsciente, sino sólo aquello que puede ser medido.
El que el conductismo se halla impuesto en la Psicología, diría Marx; la clase que controla material, controla también los medios de producción intelectual, de tal manera, que en general las ideas de los que   disponen de los medios de producción intelectual, son sometidas a las ideas de la clase dominante[14]. Así mismo Mardones y Ursua haciendo una paráfrasis de Marx, comentan lo siguiente:
Marx mantuvo una tensión dialéctica entre el dominio de la naturaleza, el conocimiento técnico y el interés de dominio y control, con la interacción que se desarrolla por medio del lenguaje y cristaliza en instituciones, la reflexión crítica que pone en evidencia la manera en cómo se enmascaran las diferencias en la distribución de lo producido y la tensión hacia una sociedad emancipada y justa implica una interpretación del hombre y la historia[15].
Los modos de producción para su mantenimiento requieren dos condiciones fundamentales, la reproducción material primeramente acompañada con la reproducción ideológica. La burguesía como clase dominante ha venido renovando teorías que intenten sustentar su dominio en cada una de las áreas de la sociedad. El conductismo intentan hacer pasar una sociedad armoniosa, una sociedad sin antagonismos sociales, intentan aislar a los sujetos, para mantenerlos pasivos ante los embates del capital.
La “adaptación” es, sin duda, la incorporación de los sistemas de conducta que la estructura social ha creado en el sujeto a lo largo de su proceso formativo[16]. Para Skinner la conducta del sujeto está determinado (es decir que no es fortuita) es aceptar que está controlada, independientemente de que reconozcamos correctamente o no  las fuentes de control[17].
Es en la producción social de su vida, entran en relaciones definidas que son indispensables e indiferentes a su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un estado de desarrollo determinado y a sus fuerzas materiales de producción. La suma total de estas relaciones sociales de producción constituyen la estructura económica de la sociedad, la base verdadera de la cual surge una superestructura legal y política y a la cual corresponden formas determinadas de conciencia social. El modo de producción condiciona la vida material condiciona el proceso vital social, político, intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determinó su conciencia, sino, al contrario, su existencia social la que determinó su conciencia[18].
Ciertamente, el materialismo reconoce que los sujetos están determinados al momento de nacer por relaciones sociales independientes de su voluntad, pero a diferencia del conductismo, confiere al sujeto la capacidad de transformar las condiciones en que vive. Es decir, concibe a los sujetos como constructores de su propia historia a partir de su actividad productiva y política que se expresa en continuas luchas de clases.
Los sujetos están determinados al momento de nacer por relaciones sociales independientes de su voluntad. La diferencia marcada del materialismo histórico respecto al conductismo es que si bien el sujeto contrae relaciones independiente a su voluntad, el desarrollo de la historia, el sujeto no es un pasivo, sino es el sujeto  quien construye su historia, el desarrollo de la misma sociedad no de manera lineal ni es estática, sino de manera dialéctica.
La psicología tal como la ve el conductista, es una rama puramente objetiva y experimental de la ciencia natural. Su meta teórica es la predicción y el control de la conducta[19]. La psicología académica es utilitarista y la utilidad que procura es la indicada por las relaciones sociales de producción bajo el capital y que se expresa como una perenne tendencia a procurar la adaptación del sujeto a las exigencias del orden económico, político y social imperante. Las teorías sociales que se ubican en la postura empírico-analítica como ciencia de la burguesía, reproduce la idea de una continuación y vigencia del capitalismo, un modo de producción que ha frenado el desarrollo de las fuerzas productivas llevando a la humanidad a la continuación y prolongación de la barbarie.
La tecnología se ha convertido en el gran vehículo de la reificación: la reificación más efectiva[20]. Con la racionalidad tecnológica se niega la legitimidad de la dominación en el horizonte instrumentalista de la razón[21]. Como la sociedad bajo el capitalismo está encaminada a producir, sólo lo verificable, no el cuestionamiento, ya que la ciencia y la tecnología se han convertido en la legitimación de los fines de la sociedad industrial. La producción de la vida material misma está encaminada a la explotación del hombre por el hombre.
La postura empírico-analítica en el conductismo velan en sus postulados es, qué está específicamente unido a los intereses  de la clase dominante en lo que se enseña, qué es o puede ser útil a los intereses de los opresores o corresponde a la naturaleza de los hombres en este momento de su historia[22]. En el conductismo se velan las contradicciones sociales, los antagonismos entre los unos y los otros.
En nombre de la racionalidad las llamadas a sí mismas como las únicas ciencias de carácter científico ocultan el dominio político. En el capitalismo el dominio tiende a velarse su carácter explotador y opresor intentando tornarse como racional.
En su artículo ¿Son necesarias las teorías del aprendizaje? Skinner describió las clases de teorías que él rechazaba como cualquier explicación de un hecho observado, que se basa en acontecimientos que se den en otra parte, a otro nivel de observación, descritos en otros términos y medidos, si lo son, en diferentes dimensiones[23]. Skinner parte de aquello que es objetivo, que se puede ser medido y cuantificado.
El materialismo histórico parte de las condiciones materiales existentes, estudia la relación del hombre con la naturaleza (no separados). En lo referente a la concepción conductista de la sociedad la cual la presentan como una sociedad armónica, Horkheimer les asesta un golpe parcial al reivindicar el papel de la teoría crítica diciendo la sociedad se divide en clases, lo que se pretende es legitimizar el conocimiento, sobre el dominio, dando como resultado los antagonismo sociales[24]. Así como el mencionar qué es el comportamiento crítico, es luchar contra la dejadez, contra el fatalismo, esa sociedad inamovible, mantener una postura todo el tiempo con las condiciones materiales.
Pese a su intento por seguir en su camino “crítico” los intelectuales de la llamada Teoría Crítica, se quedan limitados, la crítica la reducen a discusiones entre estos o aquellos teóricos de una u otra postura epistemológica. La dejadez, el fatalismo en los intelectuales de la Teoría Crítica contra dicen luchar, en realidad, dichos intelectuales siguen apostando por la vigencia del capitalismo.
¿Cómo el hombre ha pasado de la idea la libertad, ha hecho todo lo contrario? Concentrándose principalmente en esta cuestión, comprender por qué la humanidad en lugar de entrar a un estado verdaderamente humano, se hunde en un género de barbarie. Por qué  en la medida en que aumenta el potencial material, es la disminución del pensar teórico. Cuestiones que han intentado dar respuesta los miembros del Instituto de Frankfurt, tan sólo se ha quedado en intento. La Ilustración fue la ruptura con los mitos, con las explicaciones teológicas para llegar a la libertad. Pero eso no pasó, la Ilustración ha caído en una mitología sobre la idea de la libertad, pues la Ilustración trajo nuevas cadenas, éstas ligadas a la ciencia empírica y a la ciencia occidental.
El criterio último para la validez de un concepto no es si dos personas están de acuerdo en su significado, sino si los científicos que emplean el concepto pueden operar exitosamente sobre su materia. Lo que importaba a Robinson Crusoe no era si estaba de acuerdo consigo mismo, sino si estaba logrando algo en el control sobre la naturaleza[25].
Se regocija en el avance de la ciencia y la tecnología, a pesar de ese “avance” este el dominio de la naturaleza y del hombre mismo, haciendo pasar como si la ciencia fuera neutra, pero lo que se hace es una orientación política del conocimiento. La doctrina de Marx suscita en todo el mundo civilizado la mayor hostilidad y el mayor odio de toda la ciencia burguesa (tanto la oficial ocmo la liberal), que ve en el marxismo algo así como una “secta nefasta”. Y no puede esperarse otra cosa, pues en una sociedad erigida sobre la lucha de clases no puede haber una ciencia imparcial[26]. Ya que la sociedad sólo está encaminada a producir sólo lo verificable, más no el cuestionamiento, pues la ciencia y la tecnología se ha convertido en la legitimación de los fines de la sociedad capitalista. Por lo que el crecimiento en la conquista tecnológica de la naturaleza crece la conquista del hombre por el hombre.
Marcuse menciona que en sociedades industriales como él las llama, “la matematización se ha convertido en dominación y predicción del hombre y la naturaleza, haciendo una separación el sujeto del objeto, debido a que se presenta al científico como objetivo y neutral, pero es totalmente lo contrario[27]. En la  ciencia positivista se pierde de vista las consecuencias de la construcción del “progreso”, pues, la destrucción es el precio para la construcción. Así la  racionalidad tecnológica  implantada en una sociedad que se concibe para la producción de lo verificable, no el cuestionamiento, ya que la ciencia y la tecnología se ha convertido en la legitimación de los fines de la sociedad bajo el capitalismo. Fines que conllevan la explotación del hombre por el hombre.
De tal forma que en las sociedades capitalistas avanzadas el dominio tiende a mudar su carácter explotador y opresor bajo las formas de la racionalidad técnica. Una racionalidad que se encaja y se reduce a la ignorancia, la brutalidad, la destrucción y la opresión del género humano.
La forma más efectiva y duradera de la guerra contra la liberación es la implantación de necesidades intelectuales que perpetuán formas adecuadas de la lucha por la existencia[28]. El conductismo en su llamado condicionamiento operante crean al sujeto necesidades terciarias las convierten en necesidades primarias[29] con categorías que aparentan una reivindicación de la realización humana, tales como: motivación y satisfacción con las cuales se destierra del sujeto su capacidad de crítica y reflexión sobre sus intereses materiales y subjetivos, o en el mejor de los casos, crítica y reflexión se reducen a “la solución de problemas técnicos” asociados a la eficacia, la eficiencia y la productividad.

3. La alternativa a su concepto de ciencia, el materialismo histórico
Ante los embates del capital así como de sus múltiples teorías que le intentan seguir defendiendo. Los gloriosos intelectuales de la Teoría Crítica siguen intentando volver al capitalismo humano, siguen “luchando” arduamente con sus libros, con sus debates, con sus Coloquios, etc. para combatir a la intelectualidad que los críticos les llaman reaccionarios, concepto que la Teoría Crítica entra sin problemas.
La solución que verían los representantes de la primera generación de la Escuela de Frankfurt fue el ya no ver el cambio social como lo pensó Marx, por medio de la revolución socialista, sino a través de la misma ilustración, por la razón. Le apuestan a la construcción de una sociedad basada en la razón (de emancipación), pero no en la razón instrumental del dominio, sino recuperar la esencia del individuo. Encontrando “una salida” en la “aporía” una crítica a la Ilustración, rescatar a la Ilustración de sus cadenas. Sin embargo, no les ha alcanzado a sus brillantes categorías rimbombantes como su “acción comunicativa”. La Teoría Crítica no explica la raíz fundamental de poder dar respuesta la básica de la economía burguesa, la cual reposa en antagonismos externos como internos, los renueva en un periodo de asenso, de desarrollo de fuerzas humanas, de emancipación del individuo tras una fabulosa expansión del hombre sobre la naturaleza, termina impidiendo la continuación de ese desarrollo.
Una de las enseñanzas cruciales para entender el materialismo histórico, es que no hay leyes eternas, pues la sociedad es dinámica y contradictoria. Es por ello la crítica despiadada de Marx hacia  las relaciones de producción capitalistas, las cuales decían que esas leyes son eternas. Entonces dónde queda el sujeto como constructor de la sociedad. Estas son primicias para entender el marxismo-leninismo, como el mismo Lenin lo desarrolla en un folleto titulado “cartas sobre táctica”[30] del cual podemos extraer los viejos bolcheviques, que ya más de una vez desempeñaron un papel en la historia de nuestra Partido, repitiendo sin sentido una fórmula aprendida de memoria, en lugar de estudiar las peculiaridades de la nueva y viva realidad. Es por ello que es necesario asimilar la verdad indiscutible de que un marxista debe de tener en cuenta la vida real, los hechos exactos de la realidad, y no seguir aferrándose a la teoría del ayer, que, como toda teoría, en el mejor de los casos, sólo lo traza lo fundamental, lo general, sólo abarca de un modo aproximado la complejidad de la vida. Continuó Lenin.
Teniendo en cuenta en todo momento la vida real, las relaciones entre los hombres y no relaciones entre mercancías que se producen en el capitalismo. Así, por ejemplo, es necesario develar para la ciencia positivista ya no hay cabida para la teoría, pues la manejan a la teoría como alga ya acabado, sin embargo es necesario teorizar. Así las “nuevas” formas de explotación que no se ven se vuelven racionales, los empiristas dejan lo establecido. Los hombres han sido siempre en política víctimas necias del engaño de los demás y del engaño propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase[31]. Si bien es cierto, que es sabida   la explotación del hombre por el hombre y sobre la naturaleza, no por eso se va dejar de insistir en ello. La tarea no ha de ser contemplar el mundo, sino su transformación.
Si, como ya denunciaba Marx, el sujeto se ha venido enajenando en el mismo proceso de trabajo, que se suponía era el que humanizaba, pues el trabajo deja de ser visto como elemento de realización humana para convertirse en simple medio para la subsistencia, lo cual lleva a una deshumanización, la cual se acrecienta en la medida en que aumenta el potencial material y, al mismo tiempo, disminuye el pensar teórico, a pesar de que ese incremento material sea producto del cerebro humano. Así, el desarrollo de las fuerzas productivas incrementa la enajenación del sujeto y lleva a la imposición de necesidades terciarias como necesidades primarias.
El sujeto se ha venido enajenando en su antítesis del trabajo como el proceso en el cual el hombre se humaniza, esto es debido a que en el capitalismo el hombre en el trabajo se deshumaniza. En la medida en que aumenta el potencial material, es la disminución del pensar teórico, a pesar de que ese incremento material sea producto del cerebro humano.
En el capitalismo menciona Marcuse:
los controles sociales exigen la abrumadora necesidad de producir y consumir el despilfarro; la necesidad de un trabajo embrutecedor cuando ha dejado de ser una verdadera necesidad; la necesidad de modos de descanso que la alivian y prolongan ese embrutecimiento; la necesidad de mantener libertades engañosas tales como la libre competencia a precios políticos, una prensa libre que se autocensura, una elección libre entre marcas y gadgets[32].
Bajo el capitalismo, el género humano ha perdido la naturaleza humana, el enajenamiento ha polarizado cada una de las áreas de la estructura social, la agudización de las contradicciones materiales ha venido frenando el desarrollo de las fuerzas productivas y en contraposición el aumento de la barbarie.
La ciencia tiene que ir dirigida para un progreso social, un progreso colectivo, un progreso social, más no como en el capitalismo, un progreso sin importar las consecuencias del supuesto progreso positivista. La ciencia tiene que estar encaminada a la solución de las contradicciones materiales existentes, contradicciones entre explotados y explotadores. Dicha ciencia choca con los intereses del capital, el materialismo histórico según cuentan los que se hacen llamar como herederos del carácter científico de la ciencia, el materialismo histórico no es ciencia, sino  teoría. Por su parte el conductismo sigue manteniendo carácter predominante en la Psicología, orientando a ésta al modelo de las ciencias naturales, el conductismo como rector de lo qué es ciencia y de lo que no es dado que se asume capaz de manipular la conducta humana.
De ese modo, el orgullo de las ciencias empírico-analíticas, del conductismo, presume una eliminación de las contradicciones materiales existentes al producir una concepción de sociedad armónica donde los conflictos sociales se reducen a una visión individualista de un sujeto guiado por motivaciones y la búsqueda de satisfacción; esta concepción teórica se devela como falsa conciencia, como ideología, ya que suprime los conflictos reales o los disimula, legitimando las situaciones de desigualdad como si fueran puramente cuestiones técnicas de organización y adaptación que pueden resolverse mediante el condicionamiento, versión psicológica de la socialización y anomia durkheimianas que muestran cómo un conocimiento que se presenta como científico queda ceñido a la justificación de un orden social injusto: al comprender este sentido de las teorías empírico-analíticas, se abren las puertas para reivindicar como alternativas el materialismo histórico.
Las contradicciones materiales existentes han de ser eliminados en la práctica revolucionaria a través de una ciencia que devele la falsa conciencia que se mantiene sobre los sujetos en el capital, una ciencia que indague en la raíz del problema, ahí donde la “ciencia” conductista diría que es metafísica, hacer abstracción del fenómeno a estudiar, no predecir ni controlar, sino transformar la realidad material existente. Esta ciencia ha de ser el materialismo histórico.
En el materialismo histórico el mundo está en movimiento continuo de transformaciones, comprende el cambio de la sociedad y considera los modos de producción no son para siempre, son producto de la superación de lo viejo y lo nuevo, es precisamente el carácter revolucionario del materialismo histórico. En cambio, el conductismo niega por completo toda superación ulterior, rechaza todo intento por indagar su transformación material. La concepción conductista del mundo se limita al relato de los hechos observados, excluyendo toda explicación sobre ello orientado a la supresión de las violencias a las que se encuentran sometidos los sujetos, no sólo materialmente, sino por la misma unilateralización del pensamiento en lo técnico e instrumental.
El fracaso de los utopistas, incluyendo entre ellos los populistas, los anarquistas y los socialrevolucionarios, se explica, entre otras razones, porque no reconocían la importancia primordial de las condiciones de vida material de la sociedad en cuanto al desarrollo de ésta, y, cayendo en el idealismo, erigían su actuación práctica, no sobre las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, sino, independientemente de ellas y en contra de ellas, sobre "planes ideales" y "proyectos universales", desligados de la vida real de la sociedad.
La fuerza y la vitalidad del marxismo-leninismo estriban precisamente en que toma como base para su actuación práctica las exigencias del desarrollo de la vida material de la sociedad, sin desligarse jamás de la vida real de ésta[33].
El estudio del materialismo histórico no tiene fuerza  en  la divinidad, sino en un análisis minucioso del desarrollo de las sociedades, estudio del cual Marx  enseñó que la base de todo el desarrollo y fuerza motriz de la historia es la lucha de clases.
Así desde el marxismo-leninismo la única forma para llegar a la transformación social, es a través de la Revolución Socialista. Por eso, proletarios, campesinos pobres, estudiantes, profesores, desocupados, jóvenes, de todo el mundo uníos, pues las clases dominantes pueden temblar ante una revolución comunista. Los proletarios, no tienen nada que perder en ella, más que sus cadenas. Tienen en cambio, un mundo que ganar[34].

Bibliografía
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[1] Se va a entender por ideología un instrumento para la reproducción de las condiciones materiales existentes y asegurar la cohesión de los hombres al modo de producción. “adelantamos al idea que la ideología se realiza en instituciones, en sus rituales y prácticas, en los A.I.E”. Véase Althusser, L. “La filosofía como arma de la revolución”. D.F, México, Siglo XXI, 1981, p. 140.
[2] Marx, C. y Engels, F. “La ideología alemana”. D.F, Ediciones de Cultura Popular, 1979. p. 25.
[3] Se designo el nombre de aparatos ideológicos de Estado de acuerdo con Althusser, L. “La filosofía como arma de la revolución”. D.F, México, Siglo XXI, 1981, p. 137.
[4] Ibíd. p. 117.
[5] Cfr. Aamodt, Michael, Lourdes Reyes Ponce y Rita Catillo Contreras. Psicología industrial / organizacional. Cengage Learning Editores, 2010; Rodríguez Fernández, Andrés (Coord). Psicología de las organizaciones. Barcelona, Editorial UOC, 2004; Rüssel, Arnulf y Alfonso Álvarez Villar. Psicología del Trabajo. Madrid, Morata, 1976, p. 19.
[6] Término que se desarrollará a partir del punto del presente ensayo.
[7]Véase:  Eli de Gortari. “Ciencia positivista, política “científica” en Reflexiones históricas y filosóficas de México. D.F, México, Grijalbo, 1980, p. 77.
[8] Véase: Comte en Mardones y N. Ursua. “Filosofía de las ciencias humanas”. D,F. México, Ediciones Coyoacán, 2003, p. 17.
[9] Ibíd. p. 19-20.
[11] Martin, J. “La imaginación dialéctica. Una historia de la Escuela de Frankfurt”, Buenos Aires, 1991, p. 93.
[12]Max Horkheimer “Teoría Crítica”. Buenos aires, Argentina, Editorial Amorrurto, 1998, p. 257.
[13] Véase: Néstor, B., Pasternac, M. Benedito, G. Saal, F. “Psicología: ideología y ciencia”. D, F. México, Siglo XXI, p. 37.
[14] Véase: Marx y Engels. “La ideología alemana”, D, f. México, Ediciones de Cultura Popular, 1979, p. 78.
[15] Véase: Mardones y N. Ursua. “Filosofía de las ciencias humanas”. D,F. México, Ediciones Coyoacán, 2003, p. 195.
[16] Véase: Néstor, B., Pasternac, M. Benedito, G. Saal, F. “Psicología: ideología y ciencia”. D, F. México, Siglo XXI, p. 71.
[18] Véase: Marx, C. “Introducción general a la crítica de la economía política (1857)”. D.F, México, Ed. Cuadernos de pasado y presente, 1977, p. 34.
[19] Véase: Watson en Ibíd. p. 37.
[20] Véase: Herbert Marcuse. “El hombre unidimensional”. España, Editorial Ariel, 2004, p. 196.
[21] Ibíd. p. 186.
[22] Véase: Bourdieu y Passeron. “La reproducción: elementos para una teoría de la enseñanza”. , D.F,  México, Fontamara, 2005, p. 75.
[24] Ibíd.
[26] Véase: Lenin, V.I. “Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo” en Tomo I Obras Escogidas en III Tomos, Moscú, Progreso, 1961, p. 61.
[27] Véase: Herbert Marcuse. “El hombre unidimensional”. España, Editorial Ariel, 2004, p. 196.
[28] Ibíd. p. 34.
[29] Cuando referimos a necesidades terciarias son aquellas que a través de los medios de comunicación principalmente la televisión, han hecho que un celular, un bolso, unos zapatos, un artista de música se conviertan en necesidades de orden básico en lugar del comer, vestir, éstas últimas los hechos históricos que  refieren Marx y Engels en la Ideología Alemana. Marx y Engels. “La ideología alemana”, D, f. México, Ediciones de Cultura Popular, 1979, pp. 22-23.
[30] Véase: V.I Lenin “Cartas sobre táctica” en Marx, Engels y marxismo Ediciones de lengua extranjera Pekín, 1965. Pp. 422.
[31] Véase: Lenin, V.I. “Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo” en Tomo I Obras Escogidas en III Tomos, Moscú, Progreso, 1961, p. 65.
[32] Véase: Herbert Marcuse. “El hombre unidimensional”. España, Editorial Ariel, 2004, p. 37.
[33] Véase: Stalin, J. “Sobre el Materialismo histórico y el Materialismo Dialéctico” en ¿Anarquismo o socialismo? D.F, México, Grijalbo, 1972, p. 115.
[34] Véase: Carlos Marx y Federico Engels. “Manifiesto del Partido Comunista”. D.F.  México, Editores Mexicanos Unidos, 2003. p. 107.

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