EL FÚTBOL ENTRE
DOS POSICIONES
Por Jonathan Stalin
A manera de introducción
En el presente ensayo se plantearán y desarrollarán
dos tesis. Se desarrollará la tesis-síntesis y antítesis no el plano hegeliano,
sino desde el método dialéctico.
1ª El fútbol de ser objeto, análisis izquierdistas
los han hecho sujeto.
2ª el fútbol como mercancía, enajenación de las
masas trabajadoras.
La primera tesis es el planteamiento que se ha
venido propagando desde pequeños grupos, colectivos y más por sujetos aislados
que éstos últimos desde el ciberespacio hacen “militancia”. Tales
planteamientos ponen al fútbol como el detonador de las contradicciones
sociales, desviando la contradicción principal en el capitalismo entre capital
y trabajo.
La segunda tesis es la síntesis de la tesis, es
decir el jugador de fútbol como mercancía quien supone que no lo es por las
cifras estratosféricas pagan por su traspaso para enlistarse a otro club de
fútbol. La mercadotecnia portentosa que se alza sobre lo deportivo va generando
un proceso de alienación en donde a través del fútbol es usado como medio para
velar las contradicciones que genera el capital.
La contradicción es entre capital y trabajo no entre
mundial y fútbol
El convertir al fútbol que es objeto a papel de
sujeto es un error si se quiere analizar el fenómeno del fútbol y en particular
Brasil 2014 desde el materialismo histórico. En primera instancia es el
desconocimiento de ciertos compañeros del método dialéctico.
Citemos al propio Marx sobre la manera de abordar
cualquier fenómeno económico, social, cultural, deportivo, etc.
Mi
método dialéctico –dice Marx- no sólo es en su base distinto del método de
Hegel, sino que es directamente su reverso. Para Hegel el proceso del
pensamiento, al que él convierte incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con
vida propia, es demiurgo (creador) de lo real, y lo real su simple forma
externa. Para mí, por el contrario, lo ideal no es más que lo material
traspuesto y traducido en la cabeza del hombre[1].
Marx partiendo de Hegel ve a la
dialéctica en un sentido ontológico, Hegel ve el movimiento en el pensamiento,
mientras que Marx en la materia en primera instancia.
El
materialismo dialéctico parte de la existencia
de la materia a la conciencia (las ideas) y no a la inversa. El método
materialista es dialéctico, pues considera que la materia se encuentra en
constante desarrollo, tanto la naturaleza y la sociedad, así como la lucha
constante de las fuerzas antagónicas, es decir en el desarrollo de las fuerzas
productivas con la producción misma. Porque los modos de abordar los fenómenos de la naturaleza, su método
para estudiarlos y de concebirlos, es dialéctico,
y la interpretación de los fenómenos de la naturaleza, su teoría es materialista[2],
el hombre en consonancia con y dentro de la sociedad es quien transforma
esta realidad a pesar de las múltiples contradicciones. Por tanto es necesario
entender el estudio de la vida social, estudio de la vida en sociedad, el
resultado de la acción del hombre bajo el pasaje de su historia a través del
materialismo histórico[3].
La reproducción material e ideológica del capital
han mantenido una realidad que nos oprime día con día a causa de la naturaleza
antihumano del capital. El capitalismo ha frenado el desarrollo de las fuerzas
productivas, se intenta reproducir la
idea de que no hay salidas para tal barbarie, tan sólo es cuestión de
supervivencia y adaptación del más fuerte en un una sociedad regida por la
competencia.
El desarrollo de la sociedad no puede verse frenado
por la barbarie capitalista, es necesaria la liberación de las fuerzas productivas. Por qué creer el ser
humano no tiene salida a un progreso que elimine las cadenas de opresión en sus
distintas formas, el camino es uno sólo y sólo trabajando en conjunto
descarando a un capitalismo del cual ya no tiene cabida más que su propia
destrucción por cuanto el hombre ha sufrido a través de su historia, tomar en
cuenta la dialéctica materialista es el principio de una total transformación
en la condición del actual del hombre con la naturaleza hasta lograr la
eliminación de la explotación del hombre por el hombre.
La codicia, la avaricia, el consumo de las cosas
sólo son importantes para el sujeto en cuanto él las usa. El capitalismo ha
mermado, resquebrajado hasta los más hondos hilos sociales, la familia,
reduciendo las relaciones entre los sujetos, en relaciones en desconocidos,
relaciones de números, la mujer es un instrumento de vulgarización de la
feminidad.
El freno de las fuerzas productivas en el
capitalismo se intenta poner al fútbol como causa y no como efecto del
desarrollo de las contradicciones del capitalismo. La mercadotecnia, la
relevancia que tiene el fútbol como el deporte más popular en el planeta, la
burguesía y sus lacayos han hecho del fútbol en sujeto, esto es, hacer que el fútbol
fuese el quien dictara las directrices en el mercado mundial, quien estuviera
al frente de los Organismos Internacionales (BM, FMI, ONU, OCDE). Es decir al
fútbol lo pasan como la base, siendo que es parte de la superestructura social.
Pretender hacer del fútbol como el determinante de
las contradicciones materiales existentes es revisión del método dialéctico. La
base económica es lo que determina sobre la cual se levanta la superestructura,
en la cual están tanto los Aparatos Ideológicos de Estado (AIE) como los
Aparatos de Estado (AE). Al pasar al fútbol como causa y no efecto de la crisis
en el capitalismo es invertir la tesis del marxismo-leninismo que es la
contradicción principal, entre capital y trabajo.
Al parecer compañeros desde el aislamiento se sienten
tocados por la teoría del marxismo-leninismo y critican de su militancia
individualista cualquier organización, proceso, fenómenos, estos compañeros
“impregnados” de teoría y práctica revolucionaria hacen juicios a priori,
dogmáticos, revisionistas, reaccionarios, reformistas y demás. Sin embargo cómo
un alguien que se diga comunista, lo sea desde el individualismo
pequeñoburgués.
Las generalizaciones y los determinismos planteados
por Morín, tal parece que los comunistas ejemplares lo reproduce tal cual. Como
el fútbol mueve masas, sacan la tesis de que la culpa de la despolitización de
las masas trabajadoras es el fútbol, éste es el causante de la apatía, el
conservadurismo social. Los compañeros dejan de lado el análisis científico de
la realidad material e invierten la premisa marxista de situar a la idea por
encima de la práctica del sujeto.
Los compañeros aislados en su práctica individual
suponen y creen en lo que combatía Marx y después Lenin y continuo Stalin, la
tergiversación de creer en los súper cuadros, en hacer de la dirigencia
revolucionaria en Santos del movimiento. Qué se pretende decir con lo dicho, al
no estar militando en una organización y suponer que con solidarizarse con
presos políticos, procesos revolucionarios, haciendo poemas, canciones, dibujos
para esta o aquella organización comunista, ya es militancia en el sentido
leninista[4]. Tal
relativismo cae en conjeturas simplistas carentes de razón. Como el fútbol
acarrea masas a la pasividad, entonces los géneros de música y a quienes les
gustan y más a los que tocan cierto género de música como ésta es un monopolio,
por tanto coadyuvan con la reproducción material como ideológica del orden de
cosas existentes, entonces bajo su análisis caerían en contradicción y
perderían su supuesta pureza militancia.
El dejar fuera la dialéctica de los análisis de los
fenómenos sociales lleva a realizar a priorismos, reduccionismos positivistas
como relativismos hermenéuticos. Si cada expresión sea cultura o deporte está
corroída por la insaciable sed de ganancia por parte del burgués, entonces para
el puritano en el marxismo deberíamos de irnos a la montaña y hacer práctica
allá en la montaña como lo pretendió Nietzsche o el mismo Feuerbach. Tales
reduccionismos no son más que aplicar la lógica positivista, confundir la
dialéctica con silogismos mecanicistas.
El materialismo dialéctico parte de una
crítica a las concepciones individualistas que surgen a partir del siglo XVII,
que consideran como punto de partida en el análisis al hombre en su
estado natural, independiente de su contexto social e histórico, cuya dinámica
está definitivamente marcada por la ley
natural, leyes que reproduce las teorías burguesas sobre el destino de la
humanidad está en el capitalismo. Es precisamente aquí donde Marx le da crédito
a Feuerbach, pues éste último parte del estudio de la relación entre hombres no
como entes aislados. Son los hombres los que hacen la historia. Es un absurdo el que el hombre pueda producir
por sí sólo sin tomar en cuenta las conexiones que se hallan determinadas por
las condiciones que le rodean, por el contario, es fundamental la comprensión
del hombre bajo las relaciones de su vida social y bajo una sociedad que
producen en conjunto. Para Marx, según Lenin, la importancia
histórica universal de Feuerbach lo que hizo época, era precisamente la
resuelta ruptura con el idealismo hegeliano y la afirmación del materialismo[5].
Los puros en el marxismo-leninismo seguramente al
condenar al fútbol llamando a que no se vea, no practique, tales compañeros han
de tener demasiada experiencia en el trabajo de masas, en los barrios,
fábricas, escuelas, campos. Tan sólo surgen dos cuestionamientos para los
puritanos en el bolchevismo ¿cómo hacen para llegar a la clase obrera? ¿acaso
empiezan a hablarles de los clásicos del materialismo? ¿acaso la primera
platica con el campesino pobre es sobre dialéctica, filosofía, economía
política? No, tal proceso de acercamiento, trabajo con las masas trabajadoras no
es así. ¿Cómo pretender decirse comunistas sin saber qué leen, qué miran, qué
escuchan, en qué se divierten las masas trabajadoras cuando les queda un
resquicio de tiempo libre tras sus largas jornadas laborales?
Para aquellos compañeros que vociferan que la masa
desvía su fuerza revolucionaria tras la pelota, ese circo que hipnotiza, una
perversión fantástica que envuelve a los obreros, no se niega esto, de ninguna
manera. Lo que se expresa es que el proceso alienante no se erradica criticando
desde el individualismo pequeñoburgués a las masas trabajadoras que disfrutan
del fútbol, no, así no es. Es necesario llegar a aquellos quienes tachamos de
borregos.

a menudo se omite como el fútbol ha servido como instrumento para materilizar el internacionalismo proletario como los jugadores de la URSS que se negaron a jugar contra Chile, en el llamado "el juego fantasma". debido a que el país chileno había caído en la dictadura militar de Pinochet.
El fútbol como mercancía
El capital ha reproducido e intenta mantener por
todos los medios a su disposición desde los medios de comunicación como las
operaciones contrainsurgentes el que el sujeto se pierda en su individualidad,
las teorías de la intelectualidad burguesa así lo confirman, ver una sociedad
armoniosa, estática, sociedad con conflictos naturales, conflictos propios de
la propia evolución. Para tales teorías las contradicciones materiales, los
antagonismos entre los unos y los otros son discursos de mitades del siglo pasado,
el conflicto de intereses y no la lucha de clases, las cuales han sido el motor
de la historia. El camino a la victoria no ha sido fácil se requiere el filo de
las plumas, la crítica mordaz contra aquellas teorías que sustenten este
sistema putrefacto llamado capitalismo, la fusión entre la teoría y la práctica
revolucionaria, sin separarlas. Por un mundo que en el horizonte se pueda mirar
el atardecer rojo.
El sujeto se enajena en eventos de masas como ahora
lo es el mundial de fútbol de Brasil 2014. El sujeto pierde el sentido
colectivo por el individualismo velado en el “interés general” de la población.
Los medios de comunicación atiborran los programas con el mundial, los
jugadores se convierten en actores de novelas “del canal de las estrellas” pues
se cuentan hasta los más mínimos detalles en aras de llevar la “cobertura
completa” de la justa mundalista. El sujeto se aliena en tal proceso olvidando
las necesidades básicas del sujeto, el comer, el vestir, la vivienda. A los
trabajadores (en ciertos centros de trabajo) se les permite ver los partidos de
su selección, pero no se le permite manifestarse, alzar su voz contra la
explotación recibida en la jornada laboral. Al estudiante se le reúne en el
auditorio de la escuela para ver los partidos, al estudiante se le olvida
luchar por el incremento de las tarifas a sus inscripciones, se le persigue si
lucha porque se erradique los procesos de selección y exclusión educativa,
llamado Exani I, Exani II o Exani III.
El sujeto se pierde y se maravilla por los contratos
millonarios que son parte los jugadores como técnicos de fútbol, mientras el
salario de quien se maravilla se rasca las uñas para poder conseguir la canasta
básica.
En la revista electrónica Proceso cita una nota del
periódico inglés The Daily Mail publica este miércoles la nómina que incluye el
salario anual de todos los entrenadores mundialistas.
1.- Fabio
Capello (Selección de Rusia): 11 millones 241 mil.
2- Roy Hodgson
(Inglaterra): 5 millones 951 mil.
3.- Cesare
Prandelli (Italia): 4 millones 324 mil.
4.- Luiz
Felipe Scolari (Brasil): 3 millones 976 mil.
5.- Ottmar
Hitzfeld (Suiza): 3 millones 747 mil.
6.- Joachim
Low (Alemania): 3 millones 604 mil.
7.- Vicente
del Bosque (España): 3 millones 388 mil.
8.- Luis Van
Gaal (Holanda): 2 millones 739 mil.
9.- Alberto
Zaccheroni (Japón): 2 millones 729 mil.
10.- Jurgen
Klinsmann (E.U.): 2 millones 623 mil.
32.- Miguel
Herrera: 209 mil 960 dólares.
El desarrollo del fútbol ha venido siendo un triste
viraje de hacer una prostitución del jugador de fútbol, el lucrar con el
hincha. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la
belleza que nace de la alegría de jugar porque sí (Galeano, E. 2010: 2). El espectáculo
de aquello que solía ser este deporte tan lindo, maravilloso que las masas
trabajadoras esperan el fin de semana para poder ir a la cancha sea a ver o a
jugar.
El capitalismo ha penetrado cada área social, el
fútbol dice Galeano no es la excepción, el juego se ha convertido en un espectáculo
en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organizan para jugar
sino para impedir que se juegue. Al jugador de fútbol lo compran, lo venden; y
él se deja llevar a cambio de la promesa de más fama y más dinero.
El sujeto alienado en la reproducción de la ideología
burguesa vocifera contra aquellos que se protestan en las calles de Brasil,
atacan y dan validez lo que en los medios de comunicación se expresa de las
manifestaciones sociales en contra de los gastos al fútbol. Aquí hay
tergiversaciones que se hacen a la protesta, la protesta no es contra el fútbol
como causante del gasto en éste y por el contrario la disminución en salud,
educación, cultura. Es pues la protesta contra las medidas neoliberales que se
siguen imponiendo en los países bajo el capitalismo, reformas que recaen sobre
las espaldas de los trabajadores.
Teniendo pues el cumplimiento de las dos condiciones
que se requiere para el mantenimiento del orden de cosas existentes, la
reproducción material como la reproducción material del capital, para que éste
siga prevaleciendo como modo de producción dominante.
Toluca, México 11 de junio de 2014.
Referencias
Bibliográficas
Galeano, E. (2010). El fútbol a sol y sombra. D.F.,
México, Siglo XXI.
Lenin (1980). “La doctrina de Marx” en Marx, Engels
y Marxismo. Beijing, China, Ediciones en Lenguas Extranjeras.
Marx, C. (1982). “Palabras finales a la segunda
edición alemana del primer tomo de El Capital” en El Capital Tomo I, D.F,
México, FCE, p XXIII.
Proceso (2014) ‘Piojo’, el peor pagado de los
técnicos mundialistas. Proceso (1962) http://www.proceso.com.mx/?p=374420
Stalin. I. (1977). “Sobre el Materialismo Dialéctico
y el Materialismo Histórico”. J. V. Stalin, Cuestiones del leninismo. Ediciones
en Lenguas Extranjeras Pekin.
[1] Véase
Marx, C. “Palabras finales a la segunda edición alemana del primer tomo de El
Capital” en El Capital Tomo I, D.F, México, FCE, 1982, p XXIII.
[2] Véase J. V. Stalin. “Sobre el Materialismo
Dialéctico y el Materialismo Histórico”. J. V. Stalin, Cuestiones del
leninismo. Ediciones en Lenguas Extranjeras Pekin, 1977, p. 849.
[3] Ibíd., pp. 849.
[4]
Con esto no se dice, ni se niega la solidarización con los compañeros que están
presos en las cárceles de los estados burgueses, no, de ninguna manera. Como
tampoco se niegue que el hacer esta o aquella práctica en favor del movimiento
no se deba de hacer por estar sin organización, no. Tan sólo es la crítica a su
falta de análisis y compromiso con el propio movimiento revolucionario.
[5] Véase Lenin “La
doctrina de Marx” en Marx, Engels y Marxismo. Beijing, China, Ediciones en
Lenguas Extranjeras, 1980, p. 28.
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